CIA no informó a Pakistán de misión por temor a filtraciones

En la primera entrevista después de la operación en la que murió el jefe de Al Qaeda, el director de la CIA, Leon Panetta, aseguró que EE.UU. se planteó hace meses coordinarse para llevar a cabo la misión junto a varios países, entre ellos, Pakistán. Pero la institución descartó esta posibilidad, porque, según dijo el propio Panetta a la revista Time, "se decidió que cualquier esfuerzo para trabajar con los paquistaníes podría poner en peligro la misión. Pueden alertar a los objetivos".

En ese sentido, el Presidente de Pakistán, Asif Alí Zardari, reconoció ayer por primera vez que sus fuerzas de seguridad fueron efectivamente excluidas de la operación estadounidense que mató a Bin Laden. Pero el gobernante hizo poco por disipar las preguntas sobre cómo el líder de Al Qaeda pudo vivir cómodamente cerca de Islamabad.

"Aunque los eventos del domingo no fueron una operación conjunta, una década de cooperación y sociedad entre EE.UU. y Pakistán condujo a la eliminación de Osama bin Laden como una amenaza continua para el mundo civilizado", escribió Zardari en una columna de opinión publicada en The Washington Post, sin ofrecer mayor respuesta contra las acusaciones -hechas desde Washington- de que sus servicios de seguridad deberían haber sabido dónde se ocultaba el líder terrorista. De hecho, Zardari prefirió lanzar sus dardos contra los medios norteamericanos. "Algunos en la prensa de Estados Unidos han insinuado que Pakistán careció de vitalidad en su persecución del terrorismo, o peor aún, protegimos solapadamente a los terroristas que decíamos perseguir. Semejantes conjeturas infundadas pueden constituir noticias emocionantes para los canales de cable, pero no reflejan los hechos", afirmó Zardari en su columna titulada "Pakistán ha cumplido con su deber".

Saliendo al paso de las críticas contra el Directorado de Interservicios de Inteligencia (ISI), que depende del Ejército, el embajador paquistaní en EE.UU., Hussain Haqqani, había declarado el lunes que "vamos a investigar las causas de lo que pasó, pero es importante no caer en alegaciones de complicidad". Por su parte, el ISI dijo estar "avergonzado" por el fracaso de sus intentos por ubicar a Bin Laden.

Cuestionan ayuda

Pero las críticas a la competencia de los servicios secretos paquistaníes no se han hecho esperar. "El fracaso de Pakistán en detectar la presencia aquí del hombre más buscado del mundo es más que sorprendente", señaló en su editorial el diario paquistaní en inglés The News.

Y en EE.UU., los cuestionamientos han sido más fuertes. El presidente de la comisión de las FF.AA. del Senado, Carl Levin, dijo que la inteligencia y Ejército paquistaníes "tienen que dar explicaciones". "Nuestro gobierno está en problemas fiscales. Hacer contribuciones a un país (Pakistán) que no va a ayudar completamente es un problema para muchos", advirtió la presidenta del Comité de Inteligencia del Senado, Dianne Feinstein.

A juicio de Daniel Markey, experto en Pakistán en el Consejo de Relaciones Exteriores de Washington, "la muerte de Bin Laden llega en un momento de intensa crisis entre EE.UU. y Pakistán". "Sus repercusiones tienen el potencial de lanzar las relaciones bilaterales por un precipicio o alinear mejor los intereses estratégicos paquistaníes y estadounidenses", concluyó.