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Chile, Ecuador, Colombia desactivan alerta tsunami

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:21h

Puertos y playas fueron cerrados y poblaciones insulares y costeras evacuadas hacia tierras altas a lo largo de los países latinoamericanos con costa en el Pacífico ante el peligro de que un tsunami causado por el terremoto japonés surcara el océano para golpearlos. Pero causó daños mínimos.

Solo algunas mareas más altas que lo normal alcanzaron las playas de México, Honduras, Colombia, las islas Galápagos de Ecuador y las de Pascua en Chile, así como el territorio continental de Chile y Perú.

Olas de hasta casi dos metros de alto golpearon Suramerica el sábado temprano, en algunos casos llevando agua hasta las calles, después de que los pobladores costaneros se apresuraron a cerrar puertos y escuelas y a evacuar a cientos de miles de personas.

Las mayores evacuaciones fueron ordenadas en Ecuador y Chile, donde después de un terremoto hace un año, las autoridades no se quisieron arriesgar.

El peligro se desvaneció conforme avanzó el día y solo pequeños daños fueron registrados.

Crecidas de la marea cubrieron muelles en Cabo San Lucas, Baja California. Las autoridades mexicanas cerraron el puerto de Manzanillo y algunos barcos decidieron esperar en alta mar para evitar posibles problemas si las aguas se agitaban mientras estaban en puerto. Las clases fueron suspendidas en algunas escuelas de Acapulgo y funcionarios urgieron a la gente a que no permaneciera en las playas.

En Honduras, el gobierno reportó que las olas de sus costas apenas variaron respecto a la altura de un metro que normalmente registran, cuando desactivaron la alerta de tsunami a las 19 horas del viernes.

En la Isla de Pascua, en el remoto Pacífico Sur a unos 3.500 kilómetros al oeste de Santiago, los residentes y turistas evacuaron el pueblo de Hanga Roa. Pero el tsunami llegó únicamente como una marea ligeramente alta que no causó daños, dijo el ex gobernador Sergio Rapu por teléfono.

En Perú, el ministro de Educación cerró las escuelas de miles de niños en la costa, donde vive el 55% de los 28 millones de habitantes del país. Las autoridades también cerraron las populares playas de Costa Verde en Lima. Docenas evacuaron sus casas en áreas inundables de Callao, el puerto adyacente a Lima, y la autopista costera de la capital fue cerrada.

Pero el tsunami llegó solo con un oleaje máximo de poco más de un metro, dijo el jefe de la defensa civil peruana.

En una población de Pisco, el mar penetró unos 60 metros tierra pero no causó daños graves. La policía indicó que residentes del área habían evacuado sus casas.

Algunas de las medidas más fuertes fueron adoptadas por el presidente Rafael Correa, quien declaró un estado de excepción y ordenó que la gente del archipiélago Galápagos y de la costa que se trasladaran a tierras altas.

Cerró las escuelas y dijo que militares cuidarían los bienes dejados atrás. Ecuador suspendió también sus expoertaciones petroleras y paró las operaciones de una refinería cerca de la costa, aunque su principal refinería siguió funcionando.

Correa firmó el sábado el decreto para desactivar el estado de excepción. "La advertencia de desastre natural que amenazaba a los ecuatorianos ha terminado", dice el documento.

En Esmeraldas, una de las zonas de mayor riesgo, "se cumplió el retorno masivo de manera tranquila y exitosa", aseguró a la AP el gobernador Lenin Lara. La provincia ubicada a unos 175 kilómetros al noroeste de Quito, evacuo a unas 82.000 personas, según datos de la Secretaría de Gestión de Riesgos.

Lara señaló que además de un "rompeolas que se desbarató" en el cantón Río Verde no se reportan otro tipo de daños ni inundaciones.

En Manabí, otra de las seis provincias del litoral ecuatoriano, el regreso de los evacuados fue "satisfactorio", dijo la gobernadora Susana Dueñas, quien también descartó inundaciones en la provincia.

"La situación está volviendo a la normalidad pero siempre después de estos eventos existe una pequeña variación en la altura de las mareas, que no son significativas", afirmó a la AP el comandante Jorge Cárdenas, director del Inocar.

"Podemos decir que el peligro pasó", agregó.

La situación en las islas Galápagos es de "normalidad" luego de que olas de 2,5 metros llegaron la noche del viernes al archipiélago e inundaron parte de Puerto Ayora en la isla Santa Cruz, y parte de Puerto Baquerizo en la isla San Cristóbal, confirmó el presidente Correa en su programa sabatino.

Unas 20.620 personas fueron evacuadas la en esa zona insular de gran flujo turístico.

Chile también evacuó a cientos de miles de pobladores de las costas y no permitió que los residentes regresaran aun cuando el tsunami claramente había perdido fuerza. Con el peso de las 524 víctimas del terremoto y tsunami del año pasado, el ministro de interior Rodrigo Hizpeter insistió en que era necesario tener "prudencia".

En pequeñas localidades del sur chileno, devastadas por el tsunami de febrero del 2010, el oleaje fue mayor y en el balneario de Dichato, por ejemplo, la autoridad informó que el mar penetró unos 200 metros y causó daños menores.

En dicho balneario y otros de la región de Bíobío, epicentro de la catástrofe del año anterior, la población había sido previamente evacuada y lo más grave fue la destrucción de pequeñas embarcaciones pesqueras, informó la gobernadora regional, Jacqueline van Ryselberghe.

 

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