Eutanasia. La palabra maldita...

En él, como después hizo su familia en un comunicado, da las gracias a la sanidad pública española y a la ”Asociación Derecho a Morir Dignamente” por ayudarle en su viaje final.

La aprobación de la ley de la Eutanasia en 2021 en España fue lo que le motivó a venir a Madrid para ese trance. En Estados Unidos -el residía en Miami- la eutanasia está prohibida, aunque el suicidio asistido está autorizado en varios estados.

Ya han pasado 40 años desde que se pusieron las bases de la “Asociación Derecho a Morir Dignamente” en la que militó el Doctor Luis Montes que, a comienzos de siglo, tras una denuncia anónima, fue detenido por la guardia civil y llevado a juicio a instancias de la consejería de sanidad de la Comunidad de Madrid que dirigía el Señor Lamela. Fue acusado de la muerte de cientos de personas por las sedaciones practicadas en el hospital de Leganés. La justicia le absolvió al probarse que no había practicado ninguna eutanasia.

Durante estos años la opinión pública ha ido evolucionado hacia una amplia aceptación -entre el 70 y el 80%-, aunque el Partido Popular del Señor Lamela, que votó en contra de la Ley, no lo ha hecho en igual medida.

Recientemente el presidente de dicho partido, el señor Núñez Feijoo, declaraba que ”había que evitar que a una persona que decidiera sufrir la eutanasia le fuera aplicada inmediatamente: debe haber un proceso médico asistencial, un proceso de un comité de bioética porque a lo mejor esa persona toma esa decisión hoy, pero a lo mejor, en otras condiciones, dentro de una semana, no tomaba esa decisión“.

Resulta que la ley, altamente garantista, exige esas garantías y algunas más. Como colofón contó el proceso del fallecimiento de su padre confundiendo eutanasia y sedación.

El nuevo gobierno balear del PP ha mostrado sus cartas al proponer reformar la ley autonómica sobre la materia que, sin suprimirla, propone favorecer: “el acompañamiento familiar médico y espiritual para defender la cultura de la vida frente a la eutanasia”. La palabra clave es espiritual para tender acercarse a la posición de la Iglesia católica.

VOX va más lejos al incluir en su programa electoral: ”defender el derecho a la vida desde su concepción hasta la muerte natural”. En una sola frase se oponen a dos derechos: aborto y eutanasia, ambos con serias limitaciones, que tanto ha costado conseguir.

En los países europeos de nuestro entorno estos asuntos no figuran en los manifiestos electorales.

En el Partido Popular hay una significativa corriente ”liberal“ pero que, a diferencia de lo que le ocurría a Carlos Alberto Montaner, es creyente, por lo que dejan en manos de un tercero, en el ellos creen, la “única libertad real del ser humano“.

Es una importante contradicción que los evangelistas estadounidenses llevan hasta el extremo al oponerse a la eutanasia y también al aborto porque solo Dios puede decidir sobre nuestra vida al tiempo que la mayoría son partidarios de la pena de muerte, decisión en la que, en 27 estados, un juez y un jurado sustituyen a Dios.

Algunos creemos que la ley orgánica de 24 de junio de 2021 de regulación de la eutanasia es solo un primer paso en el inevitable avance hacia una mayor libertad del derecho a terminar la vida. Solamente el preámbulo menciona por su nombre la palabra maldita, mientras que en la parte dispositiva se usa siempre el eufemismo de “prestación de ayuda para morir”. El garantismo de la norma ha conseguido que, desde su aprobación, solo se haya practicado en algo más de 300 casos.

España es el cuarto país europeo en despenalizar la eutanasia y el suicidio asistido, pero con condiciones mucho más restrictivas que en Holanda, Luxemburgo y Bélgica donde la supervisión administrativa, que en España es previa, allí es posterior. También lo ha hecho, con dificultades, Portugal.

En países como Alemania, Austria o Suiza está permitido el suicidio asistido en el que el médico se limita a proveer los medicamentos necesarios. En los países nórdicos se autoriza, con condiciones, la suspensión del tratamiento. En general en esos países el asunto genera poco debate porque el sistema sanitario y la población aceptan el método.

Lo contrario ocurre en países como Polonia, Bulgaria, o Croacia o algunos de Centro América en los que la eutanasia es un crimen y en consecuencia, castigado con severidad.

En España algunos casos conmovieron a la opinión pública y ayudaron a formar el sentir actual. Quizás el más conocido sea el del marinero gallego Ramon Sampedro que personificó Javier Bardem en el filme “Mar adentro“. El asunto se ha tratado en diferentes ocasiones, siempre a favor de la libertad de elegir, exponiendo situaciones límite como en “Johny cogió su fusil”, “Million dollar baby” o ya en 1981 la magníficamente titulada “Whose life is anyway” ( mi vida es mía) de John Cassavetes.

Nuestra sociedad ha avanzado mucho en la conquista de derechos, pero cada día hay mayores amenazas de importantes grupos que pretenden volver a un pasado cargado de prohibiciones.