Lo primero que debemos saber es que los medicamentos genéricos tienen una calidad, seguridad y eficacia demostrada.
Hay que tener en cuenta que los medicamentos genéricos usan principios activos que llevan comercializados al menos unos 10 años en el mercado. Estos han demostrado tener una gran efectividad en el tratamiento de las enfermedades para las que son prescritos. Por lo que si quieres comprar Potenz kamagra, por ejemplo, debes saber que es completamente seguro.
Otra de las grandes ventajas que tiene es la calidad en la prescripción, ya que el nombre del principio activo se encuentra en la denominación del medicamento. Gracias a esto se logra facilitar considerablemente la prescripción, la dispensación y la comprensión por parte del paciente.
Contrario a la prescripción por marca comercial la prescripción por principio activo permite conocer al paciente el nombre de la sustancia que le han recetado para tratar su enfermedad.
Esto último sin importar la marca o laboratorio que comercializa el medicamento. Otra ventaja es que 7 de cada 10 medicamentos genéricos consumidos en España son fabricados en el país. Esto es importante porque supone un compromiso de la industria del EFG con el empleo, contando en la actualidad con 8.000 puestos de trabajo directos y 23.000 indirectos.
A esto hay que sumarle la racionalización del gasto sanitario y regulación de precios. Hay que tener en cuenta que los medicamentos genéricos permiten un ahorro muy importante a los sistemas públicos de salud.
Debido a que, su precio de origen, es muy inferior al de su equivalente de marca al no existir costes asociados a la investigación.
El EFG funciona como un importante regulador de precios, debido a que, sin su existencia, muchas marcas no bajarán sus precios, lo cual ocasiona un problema en la obtención de ciertos medicamentos.
Además, de todo esto hay que conocer el compromiso que tiene con el sector industrial e I+D. No hay que olvidar que los laboratorios de medicamentos genéricos invierten un 4.5% de sus beneficios en I+D, además en los últimos años ha aumentado su exportación en más de un 40%.
A esto, hay que sumar que muchos fabricantes de marca también elaboran sus propios medicamentos genéricos y usan los beneficios obtenidos en investigación y desarrollo.
De todo lo mencionado podemos deducir que la principal ventaja de los medicamentos genéricos o EFG está en el ahorro del precio final de venta al público. Este termina siendo considerablemente menor al del medicamento original. Esto se debe a que no necesita amortizar las inversiones para descubrir un nuevo medicamento.
Como consecuencia directa de esto, podemos ver una reducción de precios que supone un ahorro que puede oscilar entre el 40% y el 60% respecto al coste del medicamento original.
Obviamente, esto supone un beneficio para los ciudadanos, ya que pagan menos por el fármaco, pero, además, contribuyen a racionalizar el gasto público farmacéutico sin que por ello haya merma de la calidad, seguridad o eficacia del medicamento.
Gracias a la reducción de esta factura farmacéutica, se logran liberar los recursos públicos para que puedan ser destinados a otros ámbitos sanitarios.
Básicamente, para las autoridades sanitarias, la aparición del genérico funciona como un instrumento muy eficaz para que las marcas bajen sus precios cuando ya han amortizado sus inversiones y caducado su patente.
Si a ti lo que te preocupa es la calidad, te recordamos que los medicamentos de marca tienen los mismos principios activos que los genéricos, esto se traduce como que tienen la misma calidad, seguridad y eficacia.
Además, para que un medicamento pueda volverse genérico el original tiene que haber estado en el mercado por unos 10 años, cuando este tiempo haya pasado el principio activo y su composición se libera para que cualquiera pueda usarlo sin inconveniente.
(CN- 16)
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