La idea es ofrecerte un completo panorama sobre esta reacción natural del cuerpo a los elementos del aire que abundan cuando nos aproximamos al verano para que puedas prevenirla, detectarla e incluso tratarla a tiempo.
Mucha información complementaria a la que vamos a desarrollar a continuación puedes encontrarla en Internet, gracias a blogs como Tu Equilibrio y Bienestar, donde hallarás consejos y cuidados de salud por profesionales. Hecha esta aclaración, veamos qué hay de la típica alergia primaveral y cómo convivir con esta problemática.
¿Cómo evitar la congestión nasal?
Dado que ese es el principal síntoma de la alergia primaveral, debes saber que hay ciertas costumbres que pueden ayudarte a evitar los mocos, como por ejemplo mantener las ventanas cerradas a primera hora de la mañana y cuando cae la tarde, ya que son los momentos del día de mayor concentración de polen en los ambientes.
Si has estado fuera, es recomendable que tan pronto llegues a casa te cambies de ropa y te duches, eliminando así la posibilidad de reaccionar al polen que normalmente se acumula tanto en el pelo como en las prendas.
Cuando estés planeando viajar en esta etapa del calendario, y siempre que puedas elegir el destino a donde vas, averigua si ese punto turístico tiene altas concentraciones de polen en primavera y, si es así, mejor busca otro dejándolo para conocerlo en invierno o en verano, cuando las posibilidades de reacción son algo menores.
Síntomas de la alergia primaveral
El más evidente de sus síntomas es la congestión nasal de la que hablábamos, esa dificultad para poder respirar que a algunos individuos los acompaña durante prácticamente toda su vida en la primavera, una enfermedad inflamatoria de la mucosa nasal inducida por una respuesta inmunológica que básicamente no tiene cura.
La rinitis, como también se la conoce, es sólo el primero y más notable de diversos síntomas entre los que también podemos mencionar el picor nasal, los estornudos constantes, y la mucosidad exagerada, muy a menudo acuosa.
Esto, como consecuencia de la exposición a los pólenes más que nada, pero eventualmente también por efecto de otros alérgenos, como los hongos, los ácaros y los animales domésticos, entre ellos los comunes: perros y gatos.
Tratamiento contra los mocos en primavera
Al no existir una cura como tal, buena parte de la lucha contra la congestión nasal pasa por la citada prevención. Estar atento a las medidas de higiene es indispensable, y hay determinados fármacos que los médicos pueden recetarte si lo consideran oportuno, pero eso dependerá del cuadro de cada paciente. Es imposible generalizar.
En el blog Tu Equilibrio y Bienestar tienes algunos casos reales de pacientes y cómo se ha tratado su alergia.
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