El título de “Lector cómplice” viene después de la necesidad rilkeana , la búsqueda de una voz propia y la conciencia de su destino como requisitos indisociables de la condición de poeta, pero sin la “confluencia silenciosa” entre autor y lector, el poema no adquiere todo su sentido.
Lostalé aborda su reflexión sobre la poesía desde el siguiente índice: Al lector cómplice; A un futuro poeta; El acto creador; Ámbitos; Astros; Sismógrafo de varia poesía; Interludios; Ser dentro de la lectura, y, Confesión.
El autor no escapa a diversas citas de los maestros para hablar de la poesía, que vienen a ser una advertencia y camino para jóvenes y futuros poetas. “Saber sentir es saber decir”, advierte Cervantes. Y Ezra Pound remata la idea al afirmar: “Para decir sólo lo visible, mejor callarse”.
“La poesía no nace ni muere. Vive. Está viva. Se acerca o se aleja. Pero siempre está despierta, como la mar”, dejó dicho Gerardo Diego. Y José Luis Rey: Todo poeta habla allá vida, para ser más allá de la muerte”.
Con este breviario, Javier Lostalé habla del proceso de la creación poética y lo aborda desde distintos puntos de mira, para ofrecernos un rico caleidospio del acto creador.
Cuando habla de los astros en la poesía cita a Shelley, Elliot, Valéry, Juan Ramón Jiménez, que transmite luz y energía, así como de otros poetas contemporáneos capaces de conmover el ánimo desde sus singularidades respectivas, de los añorados maestros Aleixandre y Perez Estrada…