Uno de los enfoques principales de este pensador francés es la pretensión de dar una mayor significación a lo sensible y material y también a la integración en el mundo. Lo percibido tiene un sentido que es descrito o expresado desde actitudes reflexivas que se basan en lo observado.
El mundo fenoménico o material es la base fundamental de los sentidos y de lo que se puede conocer. Es una vuelta a lo corpóreo con todas sus consecuencias. De todas formas, considera que también es necesaria la creatividad del pensamiento, ya que no todo es inmediatamente accesible en la realidad percibida.
En su libro Elogio de la filosofía insiste Merleau-Ponty en que pensamiento y expresión están indisolublemente unidos. Como indica Bech respecto al filósofo francés «el punto de partida radical son los procesos perceptivos». Aunque Merleau-Ponty analizó la fenomenología de Husserl consideró que su propuesta de una nueva forma de hacer descripciones fenomenológicas era una manera de inventar un nuevo modo de hacer filosofía.
Frente al idealismo de Husserl siente que es mejor una epistemología que tome como base la percepción y la materialidad de todo. Ya que lo perceptivo tiene dentro de sí lo cognitivo o los sentidos y significaciones que pueden ser reelaboradas por la inteligencia.
En relación con Husserl que considera que el sentido proviene de lo intencional Merleau-Ponty habla de la experiencia perceptiva como creadora de infinidad de sentidos que incluyen también a las intenciones humanas. Como escribe Bech «Se resiste a convertir el mundo en un momento de la conciencia, y rehúsa atribuir la unidad de los procesos perceptivos a la actividad constituyente del yo transcendental».
Por tanto, está claro que existe una reivindicación de las filosofías materialistas, empiristas y sensualistas por parte de Merleau-Ponty. Es el resultado de unos planteamientos historiográficos de la filosofía que se fijan especialmente en lo observable y en la experiencia del mundo y de la realidad y que son el fundamento de las reflexiones filosóficas.
Se puede repensar la filosofía del pasado. Lo que propone el filósofo galo es una especie de perspectivismo perceptivo de corte sensualista o empirista. Como escribe Bech «Es notorio que las cosas que percibimos nunca se nos presentan simultáneamente en todos sus aspectos posibles». El perspectivismo orteguiano y su raciovitalismo tienen algunos puntos de contacto con una filosofía de la percepción como la propuesta por Merleau-Ponty.
Existen similitudes también con la filosofía fenomenológica de José Gaos y otros pensadores de la Escuela de Madrid. Xavier Zubiri con su realismo radical está expresando una concepción de la filosofía que, si bien es una metafísica intramundana y una noología de alto nivel, comparte con Merleau-Ponty ese énfasis en la percepción o en la aprehensión de realidad como lo primordial en el campo del conocimiento.
Por supuesto, la inteligencia sentiente de la que parte Zubiri es una reafirmación de planteamientos que coinciden, de forma general, con un rechazo epistemológico de los idealismos.
De todos modos, es evidente que el kantismo y las filosofías idealistas son valoradas y respetadas como unas formas de pensamiento que son útiles. La reinterpretación de todo tipo de pensamiento es algo deseable por sí mismo, según Merleau-Ponty. Pero el mayor foco de atención lo pone este pensador en nuestra vida perceptiva o sensorial. Actualmente, con la psicología, las neurociencias y con la medicina se están conociendo los mecanismos y la interacción entre el cerebro y la mente.
Se está descubriendo también que las operaciones mentales se ejercen sobre lo percibido o sobre lo captado o aprehendido sensorialmente. De lo que se deduce que la filosofía fenomenológica perceptiva de Merleau-Ponty está siendo reconocida en mayor medida, si cabe, como una realista descripción de los procesos de pensamiento de los seres humanos. Y es que lo inteligible está en la sensibilidad. Y las formas de extraerlo son la consecuencia de la actividad del entendimiento y la imaginación de los seres reflexivos que somos las personas.
Se puede decir que Merleau-Ponty ha abierto unas nuevas vías a la fenomenología o a la filosofía e insistiendo en los análisis, descripciones y reflexiones sobre lo percibido.