Argumenta que “la derecha española afronta una dura tarea” para rehacerse tras el varapalo sufrido en las urnas, en especial el Partido Popular. El semanario señala que Casado optó por transformar el PP de un partido “amplio” a “una secta ideológica”, “purgando a los moderados e introduciendo a un equipo sin experiencia”.
“Su intento de reproducir, en lugar de desafiar a Vox, cuyo origen es una escisión del PP, fracasó”, asevera.
Opina también que, aunque el PSOE sacó el mayor número de escaños, “formar un Gobierno llevará tiempo y aliados”, y constata que las elecciones aumentaron la fragmentación del sistema político en el Estado. Dice que la derecha está dividida en tres y argumenta que el espectro de Vox benefició tanto a los socialistas, cuyos votantes se movilizaron, como a los independentistas catalanes.