Una época dorada, una vida de lujo que provocaba envidia entre sus allegados. Tamara de Lempicka marcó un estilo y una estética en los años 20. Los cuadros que se exhiben en esta muestra nos dan una idea clara de lo fue esta mujer de gran sensibilidad y talento que marcaron su vida y su trayectoria profesional. Pasaba del cubismo de Picasso, en algún guiño que puede despistar al espectador, a las redondeces de Rubens.
Pintaba a Reyes o prostitutas, a aquellos que la hacían vibrar. Pintaba rostros preñados de tragedia y sufrimiento con la misma maestría que pintaba mujeres u hombres elegantes cuyas vidas rezumaban poder y bienestar. Todo cabía en la mente de Tamara y los modernos tiempos que ella vivió.
Son aproximadamente 200 piezas procedentes todas ellas de 40 colecciones privadas de diferentes países. En sus obras se reflejan los ambientes por los que pasó esta artista, reina del Art Déco y sus inevitables influencias pero siempre dejando claro que ella quería dejar un estilo propio y personal, un estilo único y perecedero.
Tamara de Lempicka nace en Varsovia y muere en Cuernavaca, México. Recibió una educación exquisita muy influenciada por mujeres como su abuela, madre o tía. Alcanza su fama como pintora en Europa y Estados Unidos con retratos y desnudos de gusto Art Déco. Se casó en 1918 con Tadeusz Lempicki con quien se instala en París continuando con sus estudios de pintura. Le interesaba recrearse en la figura humana, de ahí la profusión de sus cuadros tanto femeninos como masculinos. Tamara fue la primera artista mujer en ser una estrella del glamour. Fue artista favorita para retratar a la alta burguesía y la aristocracia. Pinto a duquesas, condes y gente de la más alta esfera social, lo que se deduce al contemplar sus cuadros, como se aprecia también el propio vestuario y los complementos de la artista en esta muestra. Siempre demostrando un gran gusto. Consiguió una importante red de amistades lo que le facilitó exponer sus obras en los salones de las personas más relevantes.
La muestra, bellísima, se podrá ver en el Palacio Gaviria en la calle Arenal 9 de Madrid hasta el 24 de febrero.
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