"Esas habladurías inútiles y nocivas deben cesar", exigió el presidente ruso durante su intervención en el Foro Económico de San Petersburgo. "Es una transferencia de las rencillas de la política interna estadounidense al escenario internacional (...) Es nocivo, afecta a las relaciones internacionales, la economía mundial, los asuntos de seguridad y la lucha contra el terrorismo", añadió.
Según el presidente ruso, en ese caso "no hay nada concreto, solo son suposiciones y conclusiones basadas en esas suposiciones".
En cuanto a las "huellas digitales", direcciones IP de presuntos hackers rusos, dijo que eran fáciles de falsificar y que no se podían aceptar como pruebas fehacientes.
"¿Cuáles huellas digitales?", se preguntó en tono sarcástico. "¿Huellas de cascos? ¿Huellas de cuernos?", declaró. "¿Saben cuántos especialistas existen que pueden hacer parecer como si sus niños hubieran enviado algo desde la dirección IP de sus casas? Pueden falsificar cualquier cosa y luego acusar a cualquiera. No es evidencia", agregó.
"Las direcciones IP pueden ser inventadas, ¡un niño puede hacer eso! Su hija menor podría hacerlo. Eso no es una prueba", sostuvo el presidente ruso a la periodista que lo entrevistaba.
Las agencias estadounidenses acusan a Moscú de haber tratado de favorecer a Donald Trump durante las elecciones estadounidenses del año pasado al ordenar el pirateo informático del Partido Demócrata.
Tras dos años de recesión provocada por la caída de los precios de las energías y las sanciones occidentales a raíz de la crisis ucraniana, Putin afirmó que la economía de su país había entrado en "una nueva fase de expansión" y estaba dispuesta a reformarse para atraer a las empresas extranjeras.
Rusia está "abierta al trabajo en común", aseguró Putin, que llamó a "apoyar" la recuperación de la actividad económica y de las inversiones extranjeras.
Numerosos jefes de empresa occidentales viajaron a San Petersburgo, incluido varios estadounidenses a los que Washington había disuadido de acudir en los últimos años.
Aunque las relaciones diplomáticas siguen bajo mínimos entre Washington y Moscú, los negocios parecen mejorar entre ambos países.
El embajador de Estados Unidos en Moscú, John Tefft, lideró una delegación en San Petersburgo, por primera vez desde la anexión de Crimea por Rusia en el 2014, y Putin intervino en una mesa redonda entre hombres de negocios estadounidenses y rusos.
El presidente ruso se mostró dispuesto a dialogar con la administración Trump para permitir una mejora de las relaciones que, según él, "es del interés de ambos bandos".