La iglesia católica ha conseguido evitar que sus cuentas sean fiscalizadas. La ausencia de los nacionalistas catalanes (PdeCat) en la comisión mixta para las relaciones con el Tribunal de Cuentas ha permitido, junto con el voto en contra del PP, que se rechazara la propuesta de PSOE y Unidos Podemos, que solicitaba que ese órgano fiscalizador analice los ingresos que la iglesias recibe a partir del IRPF.
La comisión mixta para las relaciones con el Tribunal de Cuentas ha debatido este jueves la propuesta de que el órgano fiscalizador examine el dinero que percibe la institución a partir de los impuestos, tal y como solicitaron Unidos Podemos y PSOE. La iniciativa ha sido apoyada por Ciudadanos y PNV.
En la votación, el PP se ha posicionado en contra junto con UPN -su socio navarro-. La ausencia de los parlamentarios de PdeCat ha forzado un empate, que ha provocado que la petición haya sido rechazada.
La iniciativa parlamentaria discutida este jueves surgió tras el rechazo de los consejeros del Tribunal de Cuentas nombrados por el PP a elaborar un informe sobre cuál es el destino del dinero que recibe la iglesia a partir del 0,7% de la casilla del IRPF que los contribuyentes dedican a la institución.
La cuantía asciende a unos 250 millones de euros anuales. Los socialistas pedían, además, que el Tribunal de Cuentas fiscalizara los ingresos obtenidos a través de los impuestos de la renta en los últimos años. Los cálculos del PSOE fijan en 1.240 millones el dinero recaudado por la Conferencia Episcopal por esta vía en el periodo 2010-2015.
La decisiones del Congreso son órdenes para el Tribunal de Cuentas. De haber prosperado la petición, el organismo fiscalizador se vería en la obligación de estudiar por primera vez en democracia los números de la Conferencia Episcopal. Gracias al PP y al nacionalismo conservador catalán no sucederá.
Gonzalo Cortizo / Irene Castro
eldiario.es
Creative Commons