El circo de la hipocresía

Me vino a la memoria porque leí una noticia curiosa en los periódicos. Me hizo pensar. Los seres humanos somos peores que los perros callejeros, acusamos a un determinado perro, en este caso hombre y cuando ya no vive entonces lo lloramos con lágrimas malolientes y palabras podridas. Quiero contarlo. En Turquía un hombre que se camufló entre los guarda espaldas de un diplomático (no muy eficaces) disparó al embajador ruso en Turquía por la espalda y lo mató. Es un hecho que no debe ocurrir; los seres humanos no debemos matar seres humanos porque si lo hacemos, dejamos de serlo y pasamos a formar parte de la jauría de perros que según mi abuelita, mataban al que les “caía” mal.

Lo curioso de este hecho es cómo nace inmediatamente, la hipocresía, la vulgaridad, la mentira, la desvergüenza y la falsedad de quienes -se supone- de una u otra forma dirigen o mandan en el planeta. La cancillería rusa lo calificó de atentado terrorista. ¿Es posible que sean tan infames? Ellos envían aviones color odio, con pilotos brutos, salvajes y criminales, bombardean ciudades que nunca les han hecho daño, y que ni siquiera saben de la existencia del imperialismo ruso. Pilotos que sonríen al bombardear hospitales y colegios, hombres malditos que regresan a sus hogares besando los hijos y la compañera, como héroes de un acto de justicia, ojalá que nunca tengan que vivirlo en carne propia. Aunque no lo pienso totalmente.

La ONU que es una entidad desprestigiada, donde manda el whisky, las prostitutas de “altos precios”, la corrupción y los fajos de billetes “condenaron el ataque al señor embajador”, y, como decía mi abuela, ¿se habrá visto más cara dura? La onu, (con minúscula) en cada genocidio en el planeta siempre declara: VAMOS hacer tal cosa, QUEREMOS decidir sobre lo ocurrido, PENSAMOS intervenir; NOS REUNIREMOS lo antes posible. Me recuerdan las palabras de los alcaldes baratos cuando hablan ante el asesinato de una mujer, pero la onu sólo llega a los lugares en conflicto con grupos de mercenarios que llaman cascos azules, que violan, roban y se emborrachan sin respetar nada y la famosa onu ni siquiera investiga. Ya pasó con los cascos azules holandeses que violaron niñas y robaron ante el silencio inmoral de los dueños de la onu.

Y agregó un alto mandamás: “No puede haber justificación a un ataque contra un diplomático” yo me pregunto, ¿si hay justificación contra los genocidios y la barbarie en ciudades indefensas?

“Condenamos de violencia” explicaron fuentes de la Casa Blanca, estos son más hipócritas y sucios, ¡nunca condenaron y nunca permitieron que nadie condenara el premeditado exterminio del pueblo vetnamita. Allí masacraron, quemaron y robaron ante la pasividad de los ahora perros que huelen y se van. Londres calificó de “cobarde” la muerte violenta del embajador ruso, ¿y no fue acaso una cobardía el asesinato de miles de jóvenes en las Malvinas?

Estos hipócritas llorones, que hace pocos días criticaban al embajador asesinado por los bombardeos sobre la ciudad de Alepo, ahora derraman lágrimas alcoholizadas sobre el cadáver del que ayer ordenaba las matanzas de la ciudad Siria.

Saben estos “declarantes” como viudas tristes, que en Alepo los cadáveres de miles de niños de todas las edades se pudren entre los escombros de los que eran sus hogares, de las centenares de mujeres embarazadas que yacen destrozadas por las bombas que todos de una u otra forma dejan caer sobre la ciudad mártir. ¿Cuándo hombres jóvenes y mayores han perdido la vida? Sin que nadie se preocupe. Son curiosos estos sujetos que hacen estas declaraciones: son precisamente, los que producen miseria, tristeza, dolor y obligan a los que logran sobrevivir, a huir donde sea y llegan a Europa con hambre y odio, con cadáveres en la memoria y falta de lágrimas, porque ya no las tienen y estos solidarios europeos los humillan, los persiguen, los insultan y los rechazan.

La cancillería rusa, la onu, la casa blanca, londres y la otan, son los culpables del asesinato del embajador, ellos disponen de aviones, de pilotos, de armas, de dinero, de drogas, de putas, de micrófonos, de prensa y púlpitos, para amedrentar al mundo.

Ojalá no se produzcan más genocidios ni en Chile, ni en Vietnam, ni en África, ojalá que no. Ni tampoco asesinatos de embajadores, ni de niños ni mujeres. Pero en todo caso que se preparen los dueños del planeta, la historia nos cuenta que los poderosos del mundo no permiten que les toquen el bolsillo que produce miseria e injusticia y si la justicia llegara al planeta, sus fortunas desaparecerán. Sólo entonces tendrían que preocuparse, Por mi parte y al menos, si perdiera algún ser querido por culpa de estos inmorales, buscaría la venganza.

Geral Aci