El presidente del Gobierno español en funciones, Mariano Rajoy, se enfrenta al debate y votación de su investidura que comienza mañana en el Congreso sin el apoyo suficiente para revalidar su mandato, una situación que mantendrá el bloqueo político en España y cuya culpa atribuye al socialista PSOE.
"Desbloquear no es apoyar, sino permitir algo tan razonable como que haya un gobierno", argumentó hoy Rajoy tras mantener una reunión con el líder socialista, Pedro Sánchez, en un último intento para pedirle nuevamente el apoyo a su investidura y desbloquear así la formación de un Gobierno en España, reseñó Efe.
El líder socialista reiteró hoy la negativa de su grupo a apoyar al líder del conservador Partido Popular (PP): "A nosotros nos votaron para cambiar al señor Rajoy y a sus políticas", advirtió tras un encuentro que se prolongó durante apenas media hora y que calificó como "totalmente prescindible".
La estrategia del PP (en el Gobierno desde hace cuatro años) era alcanzar un pacto de investidura con los liberales de Ciudadanos -que rubricaron ayer tras una semana de negociaciones-, y presionar así a los socialistas para obtener la media decena de votos necesarios para que Rajoy revalide su mandato.
Tras el acuerdo rubricado ayer con los liberales, al que se adhirió hoy una diputada nacionalista canaria, Rajoy llega mañana a la sesión parlamentaria de su investidura respaldado por 170 votos, insuficientes para superar cualquiera de las dos votaciones que celebrará la Cámara este miércoles, 31 de agosto, y el viernes, 2 de septiembre.
En la primera necesita mayoría absoluta, 176 votos, y en segunda más síes que noes, es decir, que requiere de la abstención de al menos 11 diputados.
"Si antes teníamos razones para votar en contra de Rajoy, después del acuerdo con Ciudadanos, hay aún más", argumentó Sánchez, para quien el acuerdo supone un programa de Gobierno "conservador y continuista" muy alejado de las propuestas socialistas.
Además del voto negativo de los 85 diputados socialistas, ya han anunciado que votarán en contra de Rajoy esta semana los representantes de la coalición de partidos de izquierda Unidos Podemos (71 escaños), y los de los partidos nacionalistas catalanes (17) y vascos (7).
Salvo sorpresa mayor, todo apunta a que el líder conservador será rechazado por la Cámara, lo que incrementa el temor a la celebración de nuevos comicios, algo que Rajoy consideró "disparatado", sobre todo cuando, por el momento, no hay "una alternativa viable".
Desde que el primer candidato a presidente del Gobierno es rechazado por el Congreso, la ley española marca un periodo de dos meses en el que puede presentarse otro candidato o repetir el mismo.
En caso de que nadie sea elegido en este tiempo, automáticamente se convocaría una nueva cita electoral, el 25 de diciembre, Navidad, los terceros comicios en un año.
"Seguiré intentándolo. Ahora, después de la primera votación y, si fuera necesario, después de la segunda, porque el PSOE es quien tiene la llave y es mi obligación intentarlo", dijo hoy Rajoy.
La falta de acuerdo entre partidos ha generado una situación de bloqueo político inédita en España desde que los comicios de diciembre de 2015, cuando dos nuevas formaciones, Ciudadanos y Unidos Podemos, entraron con fuerza en el Parlamento español, poniendo fin a tres décadas de bipartidismo y de alternancia entre PP y PSOE.
La fragmentación del Parlamento obliga al acuerdo de al menos tres formaciones o de los dos mayoritarios (PP y PSOE), dos opciones que no han logrado los partidos españoles, hasta ahora acostumbrados a gobernar en solitario o con el apoyo puntual de partidos nacionalistas.
El bloqueo político y la falta de un nuevo Gobierno imposibilita, entre otras cuestiones, la tramitación parlamentaria de los Presupuestos del Estado para 2017 y la aprobación del déficit impuesto por Bruselas.