Bombarderos estratégicos rusos atacaron ayer las posiciones del Estado Islámico (ISIS) y de otros grupos yihadistas en la provincia siria de Homs antes de la llegada a Moscú del secretario de Estado norteamericano, John Kerry.
En su segunda misión en menos de tres días, un escuadrón de seis aviones Tu-22M3 bombardeó las infraestructuras terroristas en varios bastiones enemigos en la provincia de Homs: Arak, Al Sujna, una terminal de bombeo de petróleo y el este de la ciudad histórica de Palmira, informó Efe.
Los aviones, que despegaron desde territorio ruso y no desde el aeródromo en el puerto sirio de Latakia, destruyeron un centro de mando, un campo de entrenamiento, dos refinerías de crudo y un gran número de equipos militares, al tiempo que acabaron con un elevado número de terroristas, según el Ministerio ruso de Defensa.
El pasado día 12 los bombarderos estratégicos rusos efectuaron 50 ataques contra las posiciones enemigas por vez primera desde el pasado año.
Moscú informó este jueves por adelantado a la coalición internacional encabezada por Estados Unidos de los planes rusos, que coinciden con la actual tregua en Siria, que paradójicamente ha conllevado una escalada de los combates.
El jefe del Comité de Defensa de la Duma o cámara de diputados rusa, Vladímir Komoyédov, manifestó hoy que los actuales ataques pueden ser un punto de inflexión para derrotar a los yihadistas.
"Esto es lo que exige la situación en Siria. Ya es hora de acabar con esto. Eliminar al Estado Islámico de la faz de la tierra y proceder a la restauración en Siria de una vida normal", dijo.
Según informó la prensa, Kerry propondrá al presidente ruso, Vladímir Putin, crear un grupo de trabajo para coordinar los ataques contra los principales bastiones yihadistas en el país árabe, lo que exigiría el intercambio de información de inteligencia.
Rusia niega que estos últimos ataques sean en represalia por la muerte el pasado 8 de julio de dos pilotos rusos cuando los yihadistas abatieron un helicóptero Mi-25 cerca de Palmira.