"Puedo confirmar que el artefacto era viable y podría haber explotado. El objetivo podría haber sido un avión y si hubiese detonado podría haberlo derribado", dijo la secretaria del Interior británica, Theresa May.
Dos paquetes enviados desde Yemen y que contenían explosivos fueron interceptados en Reino Unido y Dubái el viernes, provocando alteraciones generalizadas en viajes y una gran investigación internacional.
Las autoridades dijeron que los paquetes bomba llevaban las marcas distintivas de Al Qaeda, y en particular de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA), y parecían incluir los mismos explosivos utilizados en un intento fallido de atentado contra un avión comercial estadounidense en el día de Navidad del año pasado.
En Washington, la secretaria de Seguridad Interior de Estados Unidos, Janet Napolitano, también dijo que las autoridades estaban comprobando si se habían enviado otros paquetes antes de los dos que fueron interceptados.
"Estamos haciendo cierta ingeniería inversa para intentar identificar otros paquetes de Yemen", dijo en NBC News.
El presidente estadounidense, Barack Obama, se dirigió el viernes a la nación, diciendo que las autoridades no escatimarían esfuerzos para hallar el origen de los paquetes, a los que calificó de "amenaza terrorista creíble" dirigidos a dos sinagogas.
Uno de los paquetes fue hallado en un avión de carga de United Parcel Service en el aeropuerto de East Midlands, a unos 260 kilómetros al norte de Londres. El otro fue descubierto en un edificio de FedEx en Dubái.
El paquete interceptado en Dubái contenía una bomba oculta en una impresora, dijo la policía de Dubái, cuyos expertos desactivaron el artefacto.
"El paquete fue preparado de una forma profesional en la que un circuito eléctrico cerrado estaba conectado a un teléfono móvil con tarjeta SIM escondido dentro de la impresora", afirmó el comunicado de la policía.
El complot incrementará aún más las preocupaciones de seguridad sobre el inestable Yemen, considerado por Occidente como la sede de la filial más ingeniosa y audaz de Al Qaeda.
El grupo yemení AQPA y una de sus principales figuras, el clérigo musulmán de origen estadounidense Anwar al-Awlak, han sido objetivos prioritarios de Estados Unidos desde que se atribuyeron el intento de atentado de la Navidad del año pasado.
La policía de Dubái dijo que encontraron tetranitrato de pentaeritritol en una impresora y un cartucho de tóner, la misma sustancia química utilizada en la bomba cosida en la ropa interior del nigeriano acusado de intentar hacer estallar un avión sobre Detroit en Navidad.
Nadie se atribuyó inmediatamente la responsabilidad de los paquetes, pero responsables estadounidenses sospechan de la filial de Al Qaeda, cuyos militantes mataron a 3.000 personas utilizando aviones secuestrados en los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos.
La Casa Blanca dijo que Arabia Saudí había ayudado a identificar a la amenaza procedente de Yemen, mientras que Reino Unido y Emiratos Árabes Unidos (EAU) también proporcionaron información.
Obama llamó el sábado al rey Abdulá de Arabia Saudí, y al primer ministro británico, David Cameron, para hablar sobre el complot, informó la Casa Blanca.
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