El escándalo por la divulgación de la información del organismo oficial de impuestos se intensificó esta semana, cuando la prensa publicó que fueron revelados los datos tributarios de la hija de Serra.
Sin que se sepa quién es culpable de la filtración, el hecho generó una guerra de acusaciones entre las tiendas del oficialismo, que postula a la ex ministra Dilma Rousseff del Partido de los Trabajadores (PT), y de la oposición, que pretende elegir a Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSCD).
No obstante, aun cuando el escándalo domina las portadas de la prensa y es el tema predilecto de los columnistas de los diarios, pocos creen que modificará el actual escenario, en el que Rousseff, apoyada por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, aparece como favorita para ganar la elección en su primera vuelta, el 3 de octubre.
``Va a tener algún impacto, pero no suficiente para cambiar la tendencia'', anticipó el analista político Carlos Lopes, de Santa Fé Ideias. ``Podría frenar la caída de Serra en las encuestas, podría contener la subida de Dilma, pero no veo el potencial de cambiar la tendencia''.
A su juicio, la situación económica positiva, con crecimiento, generación de empleos y reducción de la pobreza, es lo que motiva a los electores.
Aun así, Serra y sus allegados no han parado de machacar en el tema para atacar a la candidata de gobierno por supuestamente utilizar en su favor al organismo tributario, la Receita Federal.
“La Receita está siendo perjudicada por la acción de los espías del PT que procuran instrumentalizar órganos del gobierno con vista a sus propósitos políticos, incluso electorales'', se quejó Serra el jueves.
El PSDB presentó demandas ante la justicia electoral para impugnar la candidatura de Rousseff por su presunta participación en la filtración de las informaciones tributarias.
En respuesta, el PT entró con tres acciones en la justicia electoral por considerar que sus rivales políticos han formulado acusaciones falsas en su contra.
“Es un intento desesperado más de los que no tienen argumentos y no consiguen enfrentar su condición electoral para tratar de revertir el cuadro desfavorable'', afirmó el secretario general del PT, José Eduardo Cardozo.
Serra y sus allegados han buscado comparar la situación actual a la del 2006, cuando el presidente Lula parecía encaminado a una cómoda reelección hasta que estalló un escándalo cuando dos allegados del PT fueron detenidos por la policía un millón de dólares.
El dinero estaría destinado a la compra de informaciones dañinas para figuras del PSDB. El caso impactó a la opinión pública al punto de afectar la candidatura de Lula, obligándolo a disputar una segunda vuelta contra el entonces candidato opositor, Geraldo Alckmin. Según Lopes, el escándalo nuevo no se compara con el del 2006, porque no hay dinero de por medio.
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