Riotuerto, la Real Fabrica de Artillería

Fue a partir del año mil cuando hay documentación de la existencia del lugar, cuyas gentes practicaron la agricultura tradicional cultivándose  maíz, alubias, lino y cáñamo. En Rucandio, además, se trabajaba viñas y trigo. En este lugar hay constancia de la existencia de un molino y en La Cavada de seis. Además de la fábrica de cañones, en los años cuarenta del siglo XIX se fundó en La Cavada la fábrica de tejidos. Fue lugar de afamados de buenos profesionales en los más variados oficios como canteros, carpinteros, albañiles y cuberos que solían salir temporalmente a Castilla.

En La Cavada se encuentra el Museo de la Real Fábrica de la Artillería, que se ha  construido en las antiguas escuelas. El edificio, clásica casa  de indianos, está rodeado de una  colección de cañones de diferentes épocas y calibres. En su interior se muestran maquetas de barcos armados con los cañones que se fabricaban en La Cavada, las rutas que seguían los navíos,  las fortificaciones que la Corona española poseía por el mundo y que, también, fueron dotadas de los cañones elaborados en Cantabria.

En el museo llama la atención una maqueta de la Fábrica de Artillería en su estado original. Los vecinos han colaborado aportando objetos que fueron encontrados en la zona. El museo está dinamizado por la Asociación  Amigos del Museo, que organizan diversos eventos a lo largo del año. Entre ellos no falta las recreaciones históricas, con desfiles y disparos reales de cañón.

La importancia que entonces tuvo la artillería fabricada en Cantabria se narra en el libro de Estaban Ruiz “Cosas que hacer en Cantabria cuando llueve”. A principios del siglo XVII la Corona de España demandó un incremento espectacular en la construcción de navíos y, también, de fortificaciones de los puertos coloniales. Esta circunstancia obligó a sustituir los cañones de bronce, de mayor calidad pero diez veces más caros, por los de hierro colado.

En Liérganes y en La Cavada se pusieron en marcha los primeros altos hornos de España por el patrocinio de los empresarios de dos empresarios flamencos, con grandes conocimientos de la metalurgia. La artillería fabricada en Cantabria se consideró durante décadas como la mejor del mundo.

En el libro de Esteban Ruiz se describen unas cifras espectaculares: Desde 1.627, y durante 200 años, se fabricaron veintiséis mil cañones, millones de municiones de variados calibres, millares de piezas destinadas a usos comerciales, domésticos, industriales o de lujo. Se pagaron veinte millones de jornales, se talaron  diez millones de árboles carboneros arrasando ciento cincuenta mil hectáreas de bosque, se produjeron tresients mil toneladas de hierro, doscientas cincuenta mil toneladas de carbón vegetal y quince mil toneladas de peidra. Estos materiales se consumieron en los altos hornos y fraguas, con el fin de generar cien mil de hierro colado en unas ciento cincuenta campañas de función.

PUERTA DE CARLOS III

No hace falta decir que la zona gozó de especial importancia durante los siglos XVII y XVIII por la instalación de las fábricas de cañones de Carlos III en Liérganes y La Cavada. De ellas sólo se conserva como único vestigio el arco neoclásico que permitía la entrada a la fábrica de La Cavada y que se conoce como la Puerta de Carlos III.  
Este arco conmemora a la persona del rey por su intervención en las fábricas de Santa Bárbara. Se trata de una portada neoclásica, levantada en 1784, con arco de medio punto entre pilastras sencillas y frontón triangular. En la plaza cercana encontramos un cañón que recuerda un orgulloso pasado. Concluimos la visita a La Cavada con la iglesia, de los siglos XVI-XVII, con buenos retablos, el mayor de cinco calles, del siglo XVII.

Desde La Cavada  y dirigiéndonos hacia Liérganes podemos desviarnos a la izquierda, antes de pasar el puente que da a la Puerta de Carlos III para llegar a Rucandio, la otra localidad de interés del municipio. En Rucandio se encuentra una de las construcciones barrocas más importantes de Cantabria, la iglesia de la Magdalena.

De mediados del siglo XVIII, es de planta octogonal con gran bóveda que abarca toda la nave. Llama la atención la torre, también octogonal, en la que se abre la entrada con puerta sencilla entre pilastras y frontón partido con cruz volante. El templo fue levantado por don Tomás Crespo Agüero, arzobispo de Zaragoza y natural de Rucandio, en 1740.

Junto con la capilla del Lignum Crucis de Santo Toribio son los mejores ejemplos  en Cantabria de diseño barroco.

Situada también en Rucandio, la casona de Ardanaz es el principal ejemplo de solar noble del municipio de Riotuerto. Tiene una buena portalada rematada con escudo. El cuerpo de la casa consta de tres pisos y balcón flanqueado por los escudos de la familia.

FIESTAS

Las fiestas más señeras del término son las de San Isidro Labrador, San Juan Bautista (el patrón del municipio), San Pedro, Santa María Magdalena y San Cipriano. Durante la cuarta emana de agosto se celebra en La Cavada la Fiesta de la Juventud.

En el municipio han nacido personajes destacados como Miguel de Olivares, que fue Maestro de Cámara y tesorero de Flandes; Tomás Crespo de Agüero, que llegó a obispo de Ceuta y Arzobispo de Zaragoza; y Julio de Ardanaz y Crespo que desempeñó el cargo de  Ministro de Guerra con Miguel Primo de Rivera, entre otros.