Con este nuevo suceso, los muertos en Bolivia por linchamientos suman cinco en menos de un mes, ajusticiamientos que en todos los casos se han efectuado bajo el supuesto amparo de la justicia comunitaria, reconocida oficialmente en la Constitución boliviana que, sin embargo, no admite la pena de muerte.
El joven, según la prensa local, fue capturado el pasado viernes junto a un amigo de 18 años por habitantes de la localidad de Eterazama que fueron alertados a gritos de que se estaba cometiendo un robo.
Aunque policías, un fiscal y otros funcionarios trataron de convencer a la multitud de que liberara a los jóvenes, los pobladores -unos 500 según informes policiales- los mantuvieron cautivos durante dos días hasta que el lunes por la noche los rociaron con gasolina y prendieron fuego a uno de ellos.
El menor que fue quemado vivo murió esta madrugada camino del hospital a consecuencia de las graves quemaduras, informó el director del hospital Viedma de Cochabamba, Gastón Osorio.
Las autoridades lograron rescatar al otro chico con vida.
La Defensoría del Pueblo condenó hoy este nuevo crimen cometido por "la acción conjunta de una multitud cegada por la rabia, la desconfianza y la irracionalidad descontrolada".
Esta institución recordó en un comunicado que ha alertado constantemente "sobre la extensión y la naturalización de esta práctica que muestra su cara más visible en hechos de sadismo, crueldad y violencia que compiten en saña con la que muestran los criminales más avezados".
Añade que ha reclamado el fin de la "impunidad que rodea a estos hechos", al recordar que ya son cientos de casos sin respuesta en el sistema de justicia y que "la mayoría han quedado en la sombra de la duda respecto a la culpabilidad o inocencia de los asesinados, torturado y heridos".
La Defensoría del Pueblo boliviana destaca que los linchamientos "no son justicia comunitaria ni pueden escudarse tras ningún argumento sociológico, político, cultural e ideológico".
También la Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha pedido reiteradamente a las autoridades bolivianas que asuman "acciones decisivas" para frenar los linchamientos.
En junio pasado, cuatro personas -dos de ellas menores- murieron en menos de una semana a manos de turbas que dijeron actuar en nombre de la justicia comunitaria en los departamentos de Potosí (suroeste) y Cochabamba (centro).
En uno de los casos, un joven de 16 años fue enterrado vivo en la misma tumba en la que fue sepultada una joven a la que éste había violado y asesinado.
Según informó el diario Opinión de Cochabamba, en la provincia cochabambina del Chapare han fallecido por linchamientos 16 personas en los últimos cinco años.
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