Las obras, pinturas, acuarelas y dibujos, proceden del Zentrum Paul Klee de Berna y de museos y colecciones de Suiza, Alemania, Francia, Estados Unidos y España. Una selección cuidada de los 24 capítulos que componen los textos de Paul Klee.
Contemplando estas piezas se comprueba las reflexiones de Klee en torno a la forma pictórica, las estructuras de la naturaleza y las de los artificios, las configuraciones plásticas, el ritmo o el color.
Para Paul Klee, la configuración era la teoría del movimiento de las formas. Este principio marcó tanto su quehacer artístico como sus enseñanzas. Su convencimiento de que el movimiento fundamenta todo devenir se basa, entre otras cosas, en la lectura de textos de Goethe.
Paul Klee da mucha importancia a la estructuración rítmica del plano. Mediante la repetición singular de simples motivos lineales surgen casi siempre estructuras horizontales que se pueden interrumpir a voluntad sin que eso modifique el carácter del motivo.
Paul Klee logra un manejo seguro del color relativamente tarde. Durante largo tiempo se dedicó de forma intensiva a la pintura sobre el dorso de cristales y a las acuarelas en negro. Su viaje a Túnez en 1914 levantó su sentido cromático y en su obra tardía emplea cada vez más el color de forma puramente intuitivo.