Durante el debate, las intervenciones de los ponentes presentaron el valor de la dieta mediterránea no solo como modelo alimentario saludable, sino también como palanca económica y cultural capaz de unir sostenibilidad, identidad e innovación. El presidente de la Real Academia de Gastronomía, Luis Suárez de Lezo, destacó que encarna un modelo de vida compartido y atractivo para ambos países; y el consejero delegado de Filiera Italia y Coldiretti, Luigi Scordamaglia, recordó el papel central de la cadena agroalimentaria italiana, que genera en su conjunto más de 700.000 millones de euros de facturación y da empleo a más de 4 millones de personas, haciendo hincapié en la importancia de promover una agricultura sostenible y de calidad.
Al concluir el debate, la región de Abruzzo también fue protagonista de la velada, representado por Maurizio Di Ubaldo y el chef estrella Marcello Spadone, quien, junto con su equipo, propuso un recorrido gastronómico inspirado en las excelencias de la tradición abruzzesa. En representación de la cocina española, en particular la madrileña, el chef Juanjo López (junto con Spadone) y el chef de la Embajada, Giuseppe Ferraro, ofrecieron una síntesis armoniosa de sabores, experiencias y culturas, símbolo de un auténtico diálogo culinario entre Italia y España.
Al día siguiente -el jueves 13-, tuvo lugar un almuerzo de gala en el Hotel Escuela de la Comunidad de Madrid (IES), donde la cucina de los Abruzos volvió a ser la protagonista, celebrando los productos del territorio y la excelencia de la mejor cocina italiana. Una experiencia que hizo partícipes a los comensales de cómo la mesa puede convertirse en un puente entre culturas, emociones y saberes compartidos.
La semana gastronómica italiana concluye con la cita del 20 de noviembre: ‘Il Panettone.gusto, innovazione e cultura artigianale’, donde los maestros pasteleros que representarán a España en la Copa Mundial del Panettone, compiten en la elaboración de las dos categorías oficiales: Panettone Tradicional y Panettone de Chocolate. Una jornada particular donde concurren competición, pasión y maestría… para glorificar este tradicional famoso bollo dulce, con forma de tarta, y de nombre Panettone, un símbolo de excelencia, creatividad y generosidad, que sitúa a la cocina italiana como una de las cocinas más sobresalientes del mundo.
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