En el hotel “Siete Picos”, el hotel de alta montaña más maravilloso del mundo y más lleno de recuerdos para mí. Aquí he vivido y pernoctado con Ramis, Pía, Celia y Juan, los dueños más maravillosos de la tierra.
Aquí hace años veraneaba mucha gente; un alto militar acompañado de su esposa muy gruesa que la alimentaba continuamente con raciones de gambas, croquetas, empanadillas, etc, parecíamos como en los relatos de Agatha Christie que la quería asesinar, y así fue en la práctica pues al verano siguiente apareció sin ella: había fallecido de una explosión gastronómica.
Aquí conocimos a una chica francesa que hablaba en francés con mi madre y que eran naturales de Mónaco, los príncipes Raniero y Grace Kelly, y de otro ser misterioso que era de “La Cía” y que jugaba al ajedrez sin parar, era tipo que fascinaba a Graham Green y a mi amigo Gironella.
Fueron tiempos muy felices, con mi mujer muy joven y conmigo lleno de vida.
El hotel “Siete Picos” está lleno de flores: buganvillas, strelicias, flores de pascua, margaritas, hortensias, y de Pía y de Celia, las más bellas de las flores. (Continuará)