¿Serán las mismas golondrinas que dicen que quitaron algunas espinas de la corona de Cristo, mientras este yacía crucificado para redimirnos de nuestros pecados?.
¿ Y será posible que nos aguarde un lugar más hermoso aún que esta inefable belleza de nuestro mundo de hoy, al que aún pertenecemos a finales del mes de mayo, en una primavera centelleante de esta vida con frecuencia tan dulce que poseemos y que no quisiéramos abandonar jamás?.
¿Por qué hemos de desvanecernos un día de este lugar tan hermoso?. ¿Qué nos tiene preparado el Señor del Universo para que nos merezca la pena abandonar este lugar de esencias penetrantes?.
Siempre me he preguntado por qué hemos de morir un día para abandonar este lugar tan lleno de recuerdos, como el más intenso de los perfumes.
Solo la fe y la espera basada en esa declaración dicha de un lugar que ni ojo vio ni oído escuchó jamás, hacen que ahora, anciano ya, encuentre fuerzas suficientes para hacer las maletas y partir hacia ese lugar ignoto que nos tiene preparado el destino de los hombres.