Venezuela retira su embajador en Colombia y rompe relaciones con el país vecino

Con esta retirada, Chávez abre un nuevo capítulo de las cíclicas crisis bilaterales derivadas del conflicto interno colombiano. En esta ocasión el detonante han sido unas acusaciones ''irresponsables'' de Bogotá sobre el supuesto desvío de armas venezolanas para la guerrilla colombiana.

Además, el presidente de Venzuela ha advertido de que la ruptura de las relaciones bilaterales será definitiva, si el presidente colombiano, Álvaro Uribe, vuelve a hacer algún tipo de ''declaración verbal'' que signifique una ''nueva agresión'' contra su país.

Amenazas de expropiación
''Ya basta de acusaciones ''irresponsables contra nuestra patria''. Al presidente Chávez parecen no importarle las consecuencias de la ruptura con el país vecino. De hecho, y en línea con lo ya anunciado en marzo de 2008 -cuando, en medio de otra crisis diplomática bilateral, ordenó el cierre de la frontera terrestre con Colombia-, ha amenazado con expropiar las empresas colombianas instaladas en Venezuela.

''Las empresas colombianas aquí las expropiaríamos (...) nos vendría bien el caso de las empresas (colombianas) distribuidoras de alimentos'', aseguró Chávez. Además, se atrevió a bromear con el asunto y animó a su colega Uribe a expropiar una empresa de briquetas -conglomerado de carbón en forma de ladrillo- que tiene Venezuela en Colombia.

Campaña imperialista
Y es que para Hugo Chávez, Uribe se ha rendido a la ''campaña imperialista'' que busca acabar con la ''revolución'' que él idera desde hace una década. En concreto, se refiere a las acusaciones hechas desde Colombia contra el Gobierno venezolano, del que aseguraban que había vendido a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) varios lanzacohetes producidos en Suecia, y comprados por Venezuela a finales de la década de los ochenta.

A su juicio, con esas denuncias, el presidente ''Uribe prendió otra vez el ventilador de porquería'', ''sabiendo que es absolutamente falso'' que Caracas facilite ''armas a guerrilla alguna'' y así se lo ha ''dicho una y 500 veces y hasta demostrado''.

Resaltó que en diversas filmaciones se ha podido ver que los guerrilleros colombianos portan armamento estadounidense, ruso e israelita, pero ''ellos (las autoridades colombianas) agarran al más pendejo y los más pendejos somos nosotros''.

Suspensión de las importaciones
Como parte del congelación de las relaciones comerciales, el gobernante venezolano ordenó al ministro de Comercio, Eduardo Samán, ''sustituir las importaciones desde Colombia'' que, añadió ''no son imprescindibles para nosotros''.

Las exportaciones no tradicionales colombianas a Venezuela representaron el 33,2 por ciento del total registrado entre enero y mayo pasados, según datos privados reproducidos por la prensa local, mientras que según datos oficiales el intercambio comercial entre ambos países alcanzó los 7.000 millones de dólares en 2008.

Con estos datos en la mano, y frente a lo que Chávez afirma, el presidente de la Cámara de Integración Venezolano Colombiana, Daniel Montenegro, ha advertido de que la sustitución de las importaciones colombianas traería a Venezuela ''consecuencias'' como ''aumento de costos y complicaciones de logística''.

Una crisis más
En la actualidad Colombia y Venezuela no estaban manteniedo unas relaciones diplomáticas normales, después de que estas fueran suspendidas por Caracas en marzo de 2008 en rechazo al ataque militar de Colombia a un campamento de las FARC en Ecuador.

Aquella crisis fue también consecuencia del agravamiento de la tensión bilateral desatada en noviembre de 2007 después de que Uribe decidiese, unilateralmente, poner fin a la labor mediadora de Chávez y de la senadora colombiana Piedad Córdoba para la liberación de un grupo de secuestrados por las FARC.

Los roces diplomáticos entre Caracas y Bogotá han sido prácticamente constantes desde la llegada de Chávez al Gobierno, en febrero de 1999, derivadas de las acusaciones colombianas de la supuesta afinidad del mandatario y la guerrilla, lo que Caracas siempre ha rechazado de manera contundente.

Este último choque se produce seis meses antes de la fecha para la que estaba prevista la plena restitución de las relaciones diplomáticas.