En definitiva, me acercaré al problema de la libertad de información y expresión, desde ningún punto de vista. Revolveré ideas y datos y argumentos, no para llevarle a usted, apreciable lector/a, no hacía un punto de vista o dimensión o concepción o prejuicio o enunciado. Sino dirigirle a usted, a un lugar, en el cual, al final, usted no obtenga ninguna conclusión, -cosa que es difícil-, pero que usted se vea obligado a hacerse un esquema de la cuestión…
Entramos en el oficio/función del censor romano. Pero obviamos y olvidamos esa cuestión. ¿Por qué, aunque usted no sea consciente, usted a si mismo se censura, fuentes de información y documentación y argumentación? ¿Puede que no se sienta con fuerzas, ya a los treinta o sesenta años lunares o solares de autocambiar puntos de vista, sus estructuras neuronales, ya tienen una formación/conformación sobre multitud de temas, cientos, de ideas y de prácticas, y, no está dispuesto a cambiar la modificación de su pensamiento/ideología/sensibilidad? ¿No se leen más libros, existen bibliotecas públicas en cualquier trozo de esta tierra de Iberia, pero unas personas porque no tienen hábito, otras no tienen tiempo, la mayoría, porque enfrentarse a cien páginas escritas, es sentir que se tiene que modificar aspectos de lo interior, sea en el campo de lo irracional, sea en el de lo racional…? ¿Por otro lado, hay ingentes masas y toneladas de libros títulos, cual escoger y cual seleccionar, ya las pocas ideas que necesite o las muchas, me las ofrecen los medios de comunicación audiovisuales, contando con radio y televisión e Internet, y, si no, los mensajes de conocidos en las redes…?
Es fácil y sencillo, hasta la hartura del dialogar en todos los foros/plazas, de la censura o limitación de datos que ofrecen entidades sociales, políticas, económicas, culturales, religiosas, y…, a través de sus brazos largos de comunicación y de sus poderes. Pero, pocas veces, se aborda, la censura y autocensura y heterocensura que uno se produce consigo mismo, que uno produce en su entorno más cercano: amistades, trabajo, familia, asociaciones de un tipo o de otro… Toda la vida, nadie se ofenda, me he encontrado con pequeños tiranos/dictadores/sátrapas/autócratas en todos los lugares que he ido, en mayor o menor cantidad, de todas las ideologías/banderas/credos. Esta es mi realidad pensante y mi temor. Porque pienso si hay en la sociedad, tantos potenciales tiranos y autócratas para tomar el poder máximo, de la economía y de la sociedad y de la cultura y de la política. Pues, solo nos queda que sucedan las circunstancias, para todos los conejos escondidos de ese color de tiranía, en mayor o menor grado, alcancen el poder.
Que la democracia o semidemocracia, por algunas razones internas y externas, se debilite tanto, y, ya tendremos un periodo de revoluciones-contrarrevoluciones-crisis sociales, y, al final, una nueva estatua de sal y vinagre, el autócrata con una bandera u otra. Da lo mismo el sistema de ideas y prácticas que abogue. Ya habrá emergido uno de esos conejos/tigres que están en la sociedad esperando su momento –la banalidad del mal, mi estimada Arendt, no es tal, sino que existen muchos candidatos a la maldad, cada uno tiene que luchar contra sí mismo, contra su propia maldad, que el mal/maldad y automaldad y automal no mate a su autobondad, no la asesine…-.
El 13 de marzo de 1977, en el País Semanal, Juan Cueto, nos narró con palabras en una columna, El imperio de los controles, algunos aspectos de la eterna lucha/dialéctica campo de futbol o plaza de toros entre el expresar/se la conciencia/consciencia sin esperar que por ello, seas marginado o silenciado o sentenciado o castigado. Porque existen distintos grupos y grados y formas y maneras y estilos y lenguajes y tendencias y…
Pero si ahondamos, si anidamos un poco más el concepto o realidad o dato o hecho. Nos damos cuenta, que no solo en sistemas no-democráticos, existe censura, que esto nadie lo niega, sino que en sistemas más libres también existen censuras. Sea consciente o no lo sea. Puede que en las grandes capitales y metrópolis, no se note, porque en ellas, existen cincuenta o cien panaderos o panaderías, pero en pequeños lugares o medianos lugares, de provincias, de esta Piel de Toro, en marcos Constitucionales de una gran libertad y tolerancia, pueden existir también, es cierto y es verdad, y quién vive y respira ese aire, lo sabe también. Solo existen cuatro panaderos y cuatro panaderías. Y, si ninguno quiere venderte pan, esa persona equis o zeta, nunca comerá pan, al menos de esas cuatro tiendas. Esta es la realidad, no imaginativa y no imaginaria.
En marcos de gran libertad Constitucional y de grandes derechos proclamados y sustentados. En distintas áreas de la realidad, por distintos motivos, pueden cerrársele las puertas a determinadas personas, en determinados ámbitos. Nadie por escrito habla de esto, pero todo el mundo, en tascas y tabernas y terrazas habla de ello, sobretodo cuándo les censuran a ellos, raramente, cuando ellos censuran a otros… por mil motivos posibles.
A Dios, pongo y ponemos por testigo de esta realidad… Y, como existe la democracia, ante nadie pueden/s reclamar/quejarse…
http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm © jmm caminero (07-16 noviembre 2022 cr).
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