La noche del 24 de Junio, “La Nit de la Cremà” que este año se las denominó las Hogueras del Reencuentro del 2022, tras dos años de suspensión por culpa de la pandemia. “El fuego” fue la palabra mágica y tradicional durante la noche de San Juan.
El inicio de la finalización de las fiestas, comienza desde uno de los puntos más emblemáticos de la ciudad, El Castillo de Santa Bárbara, localizado en la cima del monte Benacantil siendo el pistoletazo de salida a la cremà a las 00 horas del inicio del día 25 con fuegos artificiales que solo duran 14 segundos, pero en ese corto periodo de tiempo se ve la representación de un gran palmera, divisándose ver desde cualquier punto de la ciudad.
Al finalizar el famoso espectáculo pirotécnico del palmeral, setenta y nueve comisiones dan la autorización para que comience a arder el primer monumento de cartón piedra de la plaza del Ayuntamiento, diseñada la obra por el artista Pedro Espadero titulada “ArsAmandi”. Quince minutos más tarde, comienza a arder en otro lado de la ciudad otro monumento localizado en otra plaza de Alicante y así cada 15 minutos secuencialmente, en otro lugar de la capital, llegando a quemar los 200 monumentos repartidos por la ciudad finalizando el espectáculo a altas horas de la madrugada.
Durante la quema de los ninots los más jóvenes y no tan jóvenes, aclaro los más atrevidos, como si de un concierto fuera, se intentan acercar al fuego producido por los monumentos; es tradición pero y gracias a los equipos de bomberos que son lo que controlan las esas llamas, aprovechan y a su vez, mojan con las mangueras de agua a los espectadores para que así que no sean pasto de llamas o abrasados por los altos niveles de temperatura que se producen pero, todo está perfectamente ensayado y controlado.
Este año fue una cremà novedosa la del Ayuntamiento, puesto se preparo de forma original para que comenzara a arder por arriba y posteriormente, una traca provocó que el ninot se convirtiera en fuego, humo y cenizas.
Es digno de vivir en vivo y en directo todo este espectáculo junto al dispositivo especial de seguridad del Ayuntamiento que puso en marcha otro; el de limpieza para que las calles puedan retornar a la normalidad lo antes posible tras las fiestas. Lo increíble y tenemos que destacar, es que se retiraron esa noche 532 toneladas de residuos en menos de doce horas, contando con 170 operarios y 52 vehículos encargados de retirar la cenizas de los monumentos.
El olor a quemado y la cromática amarillenta, es lo que predomina durante esa noche en la ciudad capitalina de la región y eso, para un alicantino/a es un olor de satisfacción, placer y alegría que luego se transmite de generación en generación y ya mentalmente, como si un reseteo espiritual fuere, están preparando las hogueras del año siguiente.
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