Pero para la empresa de Correos, con lo increíble de creérselo, aún tiene en servicio el envío tradicional de comunicació para los filatélicos, sentimentalistas y clasistas enviadores de cartas y postales de los lugares más emblemáticos. La compañía resurge con el lanzamiento de un nuevo sello dentro de la serie “Naturaleza”, con un valor de 2,70 € y que tiene un formato de 74,6 por 28,8 mm. Donde se puede ver la isla desde una vista aérea. En total, se van a emitir 135.000 unidades. Esto para los Tabarquinos es todo un orgullo, el poder presumir de tener su propio sello, a pesar no ser muy usado por la ciudanía actual.
El ayuntamiento de Alicante ha facilitado la imagen del fotógrafo José Benito Ruiz y el texto que aparece en la publicación anual.
Con este sello la empresa Correos dedica a este importante enclave insular, donde se recoge una bella imagen aérea de todo su conjunto patrimonial, tanto del núcleo histórico habitado y fortificado, su entorno marino, así como del Campo, que muestra la bella floración del otoño tabarquino.
Historia:
Nueva Tabarca es un diminuto archipiélago situado frente al Cabo de Santa Pola, a unas diez millas náuticas de la bahía de Alicante, ciudad a la que pertenece administrativamente desde 1770.
Tabarca también se la conoce como isla Plana, es la mayor superficie con cerca de 30ha de terreno. Junto a ésta, que es el que alberga la población histórica, se sitúan otra serie de islotes como es el caso de La Cantera, al Oeste de la isla. Al sur La Galera y la Nao al este y una serie de escollos , la mayoría frente al perfil sur de la isla principal.
A lo largo de la historia se le denominó “Isla Plana”, hasta que en el último tercio del siglo XVIII se la empezó a denominar “Nueva Tabarca” siendo su nombre oficial. Por aquellas fechas la isla fue colonizada por un contingente de humanos de origen genovés, antiguos cautivos de Argel, que fueron rescatados por la corona española durante el mandato de Carlos III, y que habitaron años atrás la pequeña isla tunecina de Tabarka, y de ahí el nombre otorgado a la ínsula alicantina en recuerdo de aquella.
Se llevó a cabo un ambicioso proyecto de construcción de una ciudadela amurallada de espíritu ilustrado reformista, aunque una serie de condiciones marcaron inexorablemente el devenir inmediato de su población, principalmente la falta de agua dulce y sus especiales características físicas y geográficas.
A pesar de todas estas dificultades, en la actualidad, Nueva Tabarca es un paradigma patrimonial, y de ahí su declaración de Bien de Interés Cultural como Conjunto Histórico en 1964, así como Reserva Marina de interés pesquero desde 1986, siendo la primera en declararse en España.
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