Pedro Sánchez no se presentará a la investidura antes de tener los apoyos amarrados para que salga adelante. Así lo ha confirmado la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros en la que ha sentenciado: "No iremos a una investidura fallida".
La idea que hasta ahora manejan en Moncloa es que la sesión de investidura se celebre en la semana del 16 de diciembre. Sin embargo, Celaá ha abierto la puerta a que esa fecha se retrase si el PSOE no logra sumar los apoyos necesarios, a pesar de que ha insistido en que "trabajan" para que haya Gobierno antes de Navidad. También Pablo Iglesias mostró su confianza este jueves en que el Ejecutivo esté formado en Nochebuena
Preguntada precisamente por ERC, que ha manifestado que no tiene prisa para facilitar la gobernabilidad, Celaá ha respondido: "Vamos a obviamente consolidar los fundamentos que permitan que la investidura sea un éxito". El PSOE, pilotado en las conversaciones por Adriana Lastra, ha encarrilado las negociaciones con el resto de formaciones para lograr los 'síes' que necesita para que salga adelante. El principal escollo es ERC, con quien este jueves mantuvieron el primer encuentro y, a pesar de las "diferencias", seguirán conversando para lograr su abstención.
Hasta no tener cerrados esos acuerdos Sánchez no se someterá a la investidura de manera inmediata aunque reciba el encargo del rey. Será quien presida el Congreso –en este momento aún no se ha confirmado que Meritxell Batet se mantendrá en ese puesto– el que tenga que fijar la fecha. En todo caso, será un socialista quien esté al frente de la Cámara Baja.
La estrategia varía, por tanto, respecto a la que Sánchez llevó a cabo tras el 28 de abril, cuando fijó la fecha de la investidura antes de tener los apoyos cerrados. En aquella ocasión, se eligió el 23 de julio para la primera votación con el objetivo de que la hipotética repetición electoral no coincidiera con el puente del 1 de noviembre. Ahora Sánchez quiere tener claro que saldrá adelante la investidura para someterse a la primera votación el 17 de diciembre. En caso de que fracasara en esa fecha y no lograra los apoyos en los dos meses siguientes, las terceras elecciones se celebrarían el 5 de abril, que coincide con el Domingo de Ramos, una fecha que los socialistas quieren, por tanto, evitar.
Celaá no ha querido entrar en las condiciones que fijó ERC este jueves para cambiar el 'no' a Sánchez en el que por ahora se mantiene. Así, ha despejado las preguntas sobre la "mesa de negociación entre gobiernos" en manos del PSOE, en cuyo comunicado apuesta por el "entendimiento institucional" como vía para solucionar la crisis territorial. Lo que sí ha reconocido la portavoz, en la misma línea que Sánchez hace un par de semanas y del comunicado de los socialistas tras la reunión con los republicanos, es la existencia de un "problema político" en Catalunya, que era una de las exigencias de ERC.
En la misma línea que están siguiendo Moncloa y Ferraz para evitar discrepancias que pongan en riesgo el diálogo con ERC, la portavoz ha evitado pronunciarse sobre las palabras de Josep Borrell, que ha rechazado que esa formación sea progresista. "Su expresión absolutamente respetable", ha dicho Celaá sobre el que ha sido su compañero de Consejo de Ministros hasta este mismo viernes que ha renunciado para ser nombrado Alto Representante de la UE. "No entramos en la calificación de ERC, queremos conseguir un diálogo que posibilite tener un Gobierno", ha zanjado.
La portavoz ha dejado claro que la vía de gobernar gracias al PP no está sobre la mesa, a pesar de que ha insistido en que Ciudadanos debería facilitar la gobernabilidad teniendo en cuenta que no hay "alternativa". "Seamos realistas, en esa configuración del gobierno no parecen responsabilizarse las fuerzas políticas de la derecha", ha expresado.
Irene Castro
eldiario.es