Con indiscutible y rotunda fisonomía racial gitana, él pone de manifiesto sus orígenes a todas horas; de adolescente ingresó en un centro de acogida, donde se inició en el dibujo y la pintura, que iba a llevar a elevadas cotas estéticas en estos principios del XXI. El pintor Miquel Barceló lo aplaude y anima; lo mismo sucede con algunos colegas como el retratista José Fayos, el escultor Terría o la pintora Asunción Verd que lo admiran, arropan y quieren.
José Luis Mesas (Palma de Mallorca, 1973) dará que hablar y ya lo está haciendo con un atrevido escorzo del “Cristo de los gitanos con los cuatro elementos: Cielo, Fuego, Agua y Tierra”, con dimensiones casi ciclópeas (7,50 x 11,50 metros), casi un mural que hará entrega en el Museo Mayte Spínola de Arte Contemporáneo en Marmolejo, el próximo 18 de septiembre. El cuadro más grande del mundo, dicen algunos, digno de entrar en los records del Guinnes. El museo contempla la idea de construir en el futuro un espacio especial para esta asombrosa pintura hecha al óleo sobre lienzo.
El pintor cuenta que su madre, una gitana de hermosas y anchas caderas, poseía nada menos que dos cuevas en el Sacromonte de Granada, en una de las cuales había nacido ella. José Luis guarda mucho cariño de esta ciudad andaluza, origen de su familia, que acabó por emigrar a la isla de Mallorca, donde nació él.
Mesas lleva 30 años de trayectoria artística, porque comenzó a pintar a los siete años. Con naturalidad y sencillez, él mismo se sorprendía de que otros se sorprendieran a su vez y elogiaran su trabajo artístico. El color le deslumbró y lo canalizó por el lenguaje pop –hoy lo llamas mesismo- hacia una representación muy suya, joven, alegre, libre y segura al mismo tiempo. Incorpora el negro con habilidad, como un color más. Colors o f Life fue el título de una de sus primeras exposiciones. Su primera muestra en el Caserón de Pollensa en 2009 fue sorpresa total y grata para los visitantes, punto de inflexión en su camino hacia la cima del arte.
Los personajes relevantes y meritorios de la sociedad y la vida le llamaban la atención y los ha representado. Celebridades como Mike Jagger, el Dalai Lama, Rafa Nadal, Lola Flores, Bouwi, Jocker, Basquiat, Frank Sinatra, Messi y sobre todo a Cristo, al que ahora le ha dedicado el gigantesco escorzo que va al citado museo de Marmolejo. El cuadro ha necesitado de un complejo montaje de tarima –madera de barco para que no se arquee-, enmoquetado, iluminación ad hoc… El concejal de Cultura del municipio Rafael Valdivía, está trabajando con ahínco para que la presentación oficial de las autoridades oficiales, junto al artista mallorquín/andaluz incluido y la presencia de Mayte Spínola, junto a numerosos miembros del Grupo pro Arte y Cultura, PAC, sea un éxito el día 18 de este mes. La obra lo merece. Y el artista más. Y Marmolejo enriquece su patrimonio histórico-artístico con esta espectacular pieza en su museo de arte contemporáneo, después de reabrir recientemente su soberbio balneario de siglos, que ha contado con presencias singulares en él.
Para J.L. Mesas el arte es necesidad y su objetivo personal es el reconocimiento del mismo. Él suele moverse y viajar acompañado de amigos representantes o marchantes; siempre en grupo como buen gitano de ley.
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https://arteneablog.wordpress.com/2017/01/24/entrevista-los-quince-minutos-de-fama-de-jose-luis-mesas/