El temor que los presidentes autonómicos socialistas tuvieron ante la estrepitosa victoria de Pedro Sánchez frente a Susana Díaz, a quien todos excepto la balear Francina Armengol apoyaron, se ha disipado en gran medida este domingo. Ximo Puig y Guillermo Fernández Vara se han impuesto en las primarias en Comunidad Valenciana y Extremadura.
El presidente valenciano era el que partía de una situación más complicada. Díaz no llegó ni al 30% de los votos en las primarias frente a Sánchez. Fue una derrota para Puig y sus partidarios, que temían que el enfrentamiento a nivel regional pudiera acabar con su mandato al frente del partido y debilitar su posición institucional al frente de la Generalitat que gobierna junto con Compromís.
El 58% de los militantes valencianos le han hecho superar ese bache. Puig se quejó del lanzamiento de la candidatura de su rival, el alcalde de Burjassot, Rafael García, que era el favorito de Ferraz. Aunque en las declaraciones públicas la nueva dirección aseguraba mantenerse neutral, García es un hombre próximo al secretario de organización, José Luis Ábalos.
"Puig y Lambán no pueden dedicarse a todo. Es la reflexión que tienen que hacer", dijo el número tres del PSOE en una entrevista en El Mundo durante la celebración del 39º Congreso Federal. "Alguien tendrá que explicar por qué se promueve un ataque contra el secretario general del PSPV", fue la respuesta del presidente valenciano.
Los partidarios de García hicieron campaña persiguiendo que los militantes siguieran la senda del enfrentamiento federal, pero no ha funcionado. Incluso Odón Elorza, que es miembro de la Ejecutiva, aseguró que sería "contradictorio" que quien estuvo en contra de Sánchez venciera en la comunidad Valenciana. Sin embargo, no ha surtido efecto. El alineamiento de muchos dirigentes que apoyaron a Sánchez frente a Díaz ha permitido a Puig salvar los muebles. Entre sus partidarios reconocen que se ha vencido a Ábalos, pero reconocen que la fractura interna está ahí.
Guillermo Fernández Vara arrasa
En Ferraz son conscientes de que el enfrentamiento que se vivió a nivel federal no se puede trasladar a los procesos regionales, que tienen otras claves, entre ellas la de no ir en contra de quien ocupa la presidencia del gobierno regional.
Guillermo Fernández Vara no tendrá que enfrentarse a una segunda vuelta tras haber cosechado cerca del 66% de los votos en Extremadura. Se enfrentaban a él una exconsejera y un militante de base que también usaron su apoyo a Sánchez para batirse con el presidente. No obstante, en Ferraz no había tanta aquiescencia con sus rivales como en el caso valenciano.
El presidente extremeño tenía más amarrada la federación en la que Sánchez venció por seis puntos a Díaz, pese al apoyo de Fernández Vara a la andaluza. Además, fue el único barón a quien Sánchez ha integrado poniéndole al frente del Consejo Federal del PSOE, un cargo que le da la posibilidad de participar en las reuniones de la Ejecutiva. Con Fernández Vara Sánchez siempre vio más posibilidades que con los demás de limar asperezas tras la guerra que estalló en el PSOE en septiembre.
Faltan García-Page y Lambán
Francina Armengol, que apoyó inicialmente a Patxi López, pero tras los avales se posicionó con Sánchez, también revalidó su cargo. En su caso no tuvo rival. Los que aún tienen que enfrentarse al proceso regional son Emiliano García-Page y Javier Lambán. Ninguno de los dos ha revelado aún sus intenciones.
En Castilla-La Mancha los sanchistas no tienen previsto dar la batalla si García-Page, que acaba de reforzar la estabilidad de su gobierno al pactar con Podemos, decide revalidar su cargo. El aragonés tiene más complicado su futuro porque hay más movimientos en su contra. Sus partidarios temen que pueda salir derrotado, con lo que el gobierno –que se sustenta con solo 19 diputados– saldría debilitado.
Susana Díaz no tuvo ningún problema para continuar al frente de la poderosa federación andaluza. los sanchistas pretenden dejarle manos libres para que constituya la nueva dirección, aunque sí pelearán por tener representación proporcional en el Comité Director del PSOE-A.
Javier Fernández anunció tras la victoria de Sánchez que no se presentaría. En la batalla asturiana, Adrián Barbón cuenta con el respaldo de Ferraz. A su presentación como candidato asistieron la vicesecretaria general, Adriana Lastra, y la responsable de Sanidad de la Ejecutiva, Luisa Carcedo.
La que ha salido derrotada este domingo ha sido la vicepresidenta de Cantabria, Eva Díaz Tezanos. El candidato sanchista Pablo Zuloaga se ha impuesto a la hasta ahora secretaria general, que apoyó a Patxi López en las primarias frente a Sánchez.
La línea continuista ha ganado en La Rioja, donde el hasta ahora número dos de César Luena, Paco Ocón, ha vencido a su rival, Félix Caperos, que apoyó a Díaz en las primarias.
La multitudinaria batalla de Madrid
Uno de los territorios que tendrá más conflicto en las primarias será Madrid. En la siempre convulsa federación madrileña ya hay tres precandidatos. La secretaria general, Sara Hernández, que apoyó a Patxi López y ha perdido el apoyo de Sánchez, ha anunciado su intención de repetir.
Sin embargo, ha perdido muchos de los respaldos que tenía en favor de José Manuel Franco, el candidato de Ferraz. El tercero en liza, por ahora, es el alcalde de Soto del Real, Juan Lobato, que ya ha comunicado su intención de competir. Antonio Miguel Carmona no descarta dar un paso al frente. Tendría el apoyo de buena parte del tomasismo, aunque no todos los partidarios de Díaz estarían de su parte, ya que la intención de Franco es pactar con algunas de las corrientes que estuvieron con la presidenta andaluza. Franco, no obstante, no convence a un sector del sanchismo, que amaga con presentar una alternativa para las primarias que se celebrarán en septiembre.
Irene Castro
eldiario.es
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