Un reality verdadero

Son los 33 mineros sepultados en el norte de Chile, bajo toneladas de tierra, que viven su verdadero reality de encierro, obligado por el destino.

Aquí no hay posturas, no hay estrategias y no hay componendas como ya nos tiene acostumbrado la televisión con sus concursos millonarios de encierro, que después de aproximados 4 meses culminan en una publicitada final con cierto olor a circo Romano y ni tan Romano, pero circo light a fin de cuentas.

En este caso aflorarán las distintas y diversas actitudes del ser humano. Los rasgos de liderazgo, los creativos, los retraídos, los divertidos, los depresivos, los creyentes, los patriotas, los pesimistas, en fin; nos esperan días de real verdad y crudeza, conforme avance el tiempo que sea necesario para que aquel grupo de hombres vuelva a reunirse con sus seres queridos, vuelvan a ver la luz del sol y en cierta medida vuelvan a nacer...

Todos rendidos ante un factor determinante: EL TIEMPO DE ESPERA.

No se interponen factores de capacidad de los rescatistas, no hay factores de índole económico por financiar su salida (hay todo un Estado y empresas mineras en pos del objetivo común), la tecnología está. Pero el destino ha determinado que habrá que esperar y esperar mucho.

Hijos, esposas, madres, hermanos y un país entero que cada 24 horas le iremos restando un día al calendario, en espera del momento culminante, en que los sobrevivientes de este "Viaje al centro de la Tierra" emerjan victoriosos con el premio más grande que ha entregado reality alguno en la televisión mundial: LA VIDA...