Zapallar: Un fragmento del Paraíso en la Tierra

Con un clima privilegiado, se ha convertido en parada obligatoria de muchos turistas extranjeros y nacionales, que buscan horas de remanso y de placer visual. Otrora, a principios de los 1900, un lugar destinado al apacible descanso de connotados aristócratas y políticos de la vida nacional. Enclave de florecientes empresarios y precursores del intelecto y las artes a inicios del siglo pasado.

Por decenas de años segregado entre la clase alta y la clase baja del país. En donde el comercio del pueblo (hoy atractivo balneario) sobrevivía durante el año, con el dinero dejado por los ilustres visitantes en el verano. Sinónimo de buen pasar y de status de las clases acomodadas. Tanto así que por años de años existió la tácita imposición que al costado izquierdo de la gran roca que hay en el borde de la playa, se ubicaba la alta sociedad y al costado derecho la gente del pueblo y los veraneantes de clase media. ¿Pero que pasó?

En parte, con el advenimiento de los turistas argentinos… se revolvió el gallinero y las cabelleras amarillas del sector de elite, fueron de a poco matizadas por pigmentos más oscuros, que no conocían de esta clasista restricción. Además, se dio un movimiento sociocultural muy decidor. Los hijos de muchos hogares humildes, salieron del pueblo a trabajar y a estudiar a otros lugares y un gran número de ellos regresó a la vuelta de algunos años convertidos ya en elementos de una consolidada clase media, otorgándole al lugar un más justo equilibrio social.

En la actualidad, aunque sigue siendo un balneario que goza de gran privilegio y mantiene sus aires de exclusividad, ya ha comenzado a ser visitado cada vez más por veraneantes nacionales, que ya no van “sólo por el día” a conocerlo:

“En la agenda de todo viajero, siempre habrá lugares alabados por el mundo entero; son esos rincones que no se puede dejar de visitar, y en este caso, yo les recomiendo: el balneario de Zapallar”.