Brasil: negocian fin del brutal motín en el que decapitaron a dos presos

"Las negociaciones se retomaron esta mañana. Hay acuerdos avanzados y esperamos que durante el día el tema se solucione", dijo Elson Faxina, asesor de la secretaría de Seguridad del estado de Paraná. El diálogo con los presos había sido suspendido anoche.
"La información que tenemos es de 4 presos muertos y de dos agentes mantenidos como rehenes", agregó.
Ayer por la mañana, un grupo de presos aprovechó la entrega del desayuno para reducir a los agentes e iniciar una revuelta en esta cárcel que cuenta con unos 1040 presos, pero que no llega a tener mil camas. La rebelión es protagonizada por cerca de 800 reos de la Penitenciaría Estatal de la ciudad de Cascavel.
A pesar de que los presos ya habían amenazado con una protesta contra la violencia de sus carceleros tan sólo diez guardias tomaban cuenta del presidio a la hora del incidente.
Los amotinados decapitaron a dos de los presos, entre los cuales había un ex policía, y arrojaron a tres personas desde un tejado a una altura de unos 15 metros, dos de las cuales murieron en el hospital al que fueron ingresados, según el Departamento Penitenciario de Paraná (Depen).
Los presos que organizaron el motín colgaron mantas con las iniciales "PCC", Primer Comando Capital, un grupo delincuencial que surgió en una prisión en la década de 1990.
El organismo informó igualmente de que algunos internos han sido trasladados con heridas a centros médicos y que otros presos permanecían heridos en la unidad carcelaria sin ningún tipo de atención.
Las autoridades detallaron que los rebelados reclaman por mejoras en infraestructura, dado que es un recinto antiguo, además de flexibilización del régimen de visitas e ingreso de alimentos, y el fin de supuestos abusos y actos violentos por parte de la guardia carcelaria
No obstante, el hecho de que haya habido presos muertos les hace pensar en la posibilidad de un enfrentamiento de cuadrillas de narcotraficantes rivales disputando liderazgo.
En Brasil hay actualmente 548.000 presos y hacen falta 207.000 plazas suplementarias para evitar el hacinamiento, según la ONG de derechos humanos Conectas, que trabaja en el tema carcelario.