Con el aroma de la mujer
Que te cegó de joven
Llega a quien te lee,
Al estudiante, al poeta,
A la hija, a la madre,
Al trovador,
A ti mismo,
Al sujeto distinto.
Pablo, que tus palabras
Se deshacen y vuelven
En los labios del amante,
Del rubor de su semblante,
Cuando a la ninfa de su cama
Le dice que la quiere.
Pablo,
Que tu tierra te acoge,
Que tu obra te enaltece,
Y que a Parral avisa
Que tu canción desesperada
Se siente y no se olvida.
Pablo, Chile,
Chile, Pablo,
Es lo mismo hermano,
O al menos tu sombra,
Amigo,
Revolucionario del idioma,
Surges para bendecirnos
Glorificando nuestra esencia,
Y recitas
Para darnos vida.