Este espectáculo de la naturaleza ocurre principalmente en aquellos años donde hay más precipitaciones en sectores donde usualmente no llueve mucho, como es el caso del desierto. Los sistemas frontales que ocurren durante el invierno, provocan el florecimiento de lo que generalmente es un área desértica y la convierten en una colorida postal que generalmente se deja ver en los meses de agosto o septiembre.
Los expertos opinan que las intensas lluvias registradas en Antofagasta durante mayo, sumadas a los próximos sistemas frontales que se encuentran pronosticados, están generando las condiciones propicias para que este fenómeno, que tuvo lugar por última vez en 2015, se presente en majestad para atraer y asombrar a lugareños y turistas. Las bajas temperaturas que este invierno está mostrando, solo podrían retrasar la aparición de esta exuberante flora, pero no deberían impedirla.
Este inmenso jardín se ha transformado en un destino turístico único en el mundo, por lo que numerosas agencias programan viajes para contemplar este fenómeno desde distintos puntos del norte chileno. Para este año ha sido identificado el sector de La Chimba, en la región de Antofagasta, y sus quebradas costeras como foco principal de florecimiento de suspiros lilas y lirios amarillos; además de tours al clásico Valle del Huasco y sus alrededores; donde más de 200 especies de flores pueden ser apreciadas.
Diversidad de flora y fauna
Es el fenómeno del Niño que presiona al anticiclón del pacífico hacia el norte, creador del clima del desierto y con sus lluvias activa todos aquellos bulbos y semillas que han estado por prolongados periodos en un estado de espera y latencia.
No todas las especies germinan al mismo tiempo, y en general también lo hacen dependiendo del sector donde se ubican. Por lo general las primeras en aparecer son los bulbos como las añañucas, rojas y amarillas y las huilli, que tienen unas flores blancas. Le siguen otras flores de semilla, como la pata de guanaco, cuyo reconocible color fucsia cubre un amplia sector del desierto; los lirios o las orejas de zorro.
No solo las flores son las forman este verdadero ecosistema, que además se encuentra protegido; junto con la floración de la flora, también una variedad enorme de reptiles, insectos, mamíferos, pájaros y roedores son atraídos a este verdadero espectáculo que alberga el norte de nuestro país.