Ha muerto un hombre

Por un segundo quise creer en algo sobrenatural, como la fábula que habla de un hombre que hacía ver a los ciegos y caminar a los inválidos. Pero no, este hombre era de verdad, sonreía, hablaba, repartía abrazos y seguramente soñaba con tener muchas manos, ya querían centenares, miles, muchos miles las que querían sentir la suya. Estudió derecho, era un abogado, pero el destino y su conciencia le impidieron ejercer. Yo no sé en qué momento dedicó su vida a luchar contra los abusos y las injusticias que los seres humanos soportan en los cinco continentes, aunque algunos se digan ciudadanos del “primer mundo” o de la “primera potencia mundial” también ellos sufren acosos, ilegalidades y miseria hasta el punto de tener en la cintura una pistola.

Me dijeron algunos amigos que un diálogo escuchado fortuitamente cambió su vida: fue en una ciudad, en un hotel y pronunciada por un hombre ante el regocijo de los otros: ¡Amigos este fin de semana nos vamos de putas, es barato, las mujeres son hermosas, son dóciles y podemos meterles drogas, si se niegan la dueña del burdel las castigará! Y ¿dónde está ese paraíso, ese Edén? preguntaron los amigos y les respondió: en una isla llamada Cuba.

Si los norteamericanos eran millonarios, de clase media, republicanos o demócratas, negros o blancos, nativos o inmigrantes, ellos usaban la isla para expulsar los deseos sexuales que ni sus propias mujeres aceptaban. También del viejo mundo muchas empresas "premiaban a sus empleados más sumisos con un viaje a la “isla del amor”". Resumiendo, Cuba era para una parte importante del mundo, sencillamente, una casa de putas.

Como siempre dijo y seguirá diciendo el pueblo,

¡¡En eso llegó Fidel!!

Se sabe que al hundirse el barco, las primeras son las ratas, y escaparon al país del norte, a los Estados Unidos de Norte América, pero llevaron consigo divisas y joyas en grandes cantidades, la idea era ahogar la isla en lo que siempre había sido, la miseria, las drogas, los crímenes, las violaciones de niñas, la corrupción y no podía faltar un grupo de curas que mentían impunemente, impidiendo a los habitantes tomar la justicia por su mano. También se escapó el dueño del burdel, un perro de nombre Fulgencio. En el país del norte encontraron asilo, eran millonarios.

Seguramente el médico de nombre Fidel cometió algunos errores, y ¡quién no los comete! cuando tiene enfrente a una jauría de hienas. Tuvo que enfrentarse a una invasión planeada, financiada, orquestaba, difundida por los Estados Unidos de Norteamérica y aceptada por la mayoría de los gobiernos títeres de América Latina. Muchos de los cuales enviarán representantes a los funerales, con el olor a mierda en la conciencia. Cuba luchó y los invasores fueron rechazados. El pueblo no aceptó volver a ser el prostíbulo yanqui.

Mañana muchos seudo reporteros o seudo periodistas derramaran sus vómitos en páginas de pasquines amarillentos o ante un micrófono con olor a corrupción, palabras hirientes contra Fidel, dirán la falta de libertad, la falta de democracia y la libertad religiosa entre otras cosas. Pero ninguno dirá que en Cuba ha muerto nunca una mujer devorada por las llamas, porque una compañía ladrona e irresponsable, con la complicidad de las autoridades, son los dueños de un bien que pertenece a toda la ciudadanía. La energía eléctrica.

En Europa hay libertad, si la hay, se sabe de un señor que robó el dinero a 30.000 pequeños ahorrantes, dejándolos en la miseria; comen basura, mientras el ladrón disfruta en su mansión con calefacción, dinerito, empleadas jovencitas, licores y asados, esa es la libertad del viejo mundo. Ningún aspirante a periodista podrá decir que en Cuba se permite el tráfico de drogas. Fidel fusiló a altos mandos de las fuerzas armadas por traficar. En el viejo mundo se traslada droga hasta en los barcos de la marina.

Se llenarán la boca con la falta de democracia, en el viejo mundo; los bancos venden una vivienda a un ciudadano, al mismo tiempo crean miseria y el ciudadano queda sin trabajo, el banco llama al juez y éste a la policía, el ciudadano queda en la calle, pierde el dinero abonado, el banco se queda la propiedad, el ciudadano se queda la deuda, y ahora la vivienda vale el doble. Esa es la democracia del viejo mundo.

La Iglesia tiene miles de viviendas desocupadas, cobra por visitar palacios y templos, pero el Estado tiene que pagar los empleados y el mantenimiento. La iglesia tiene curas pederastas que la justicia no juzga, ellos los “trasladan” como castigo, son un Estado dentro del Estado. La Iglesia no paga impuestos, pero si un fontanero y un albañil no pagan, a van a la cárcel. Esa es la libertad religiosa del viejo mundo

Los perros cubanos en Miami ahora que tienen un jefe fascista, xenófobo, histérico, prepotente e ignorante, estarán preparando las maletas para volver y reabrir los lenocinios; que tengan cuidado, los ciudadanos de la isla son los hombres y mujeres más cultos del planeta, será complicado engañarlos.

Estoy triste, me hubiera gustado vivir en otra época, es imposible aceptar el asesinato de Gandhi, de Pablo Neruda, del presidente Allende, y de tantos hombres que dedicaron la vida a luchar por una sociedad más justa. Pero no pudo ser.

Lo único que sueño es que mañana mientras los imbéciles ataquen a Fidel tratando de que la gente olvide otra persona muerta en Valencia, insulten impunemente, si yo sueño que nazcan muchos Fideles en el mundo entero, porque en los cinco continentes aun son muchas las casas de putas que habría que cerrar.

(Geral Aci – Madrid)