Perniciosa corrupción

Amigos lectores supongo que alguna vea se le habrá muerto alguien de su entorno, familiar, conocido amigo, etc., con el que no se llevaban bien, que no le trato a usted buen en vida, o por cualquiera otra causa seguramente habrán cumplido con sus familiares y han ido al entierro, han dado en pésame, o cualquiera otra muestra, que por educación de debe hacer.

Venimos observando cómo unos señores no guardan un minuto de silencio, cómo una cadena de TV le dio mucha caña; ahora induce con mucha intensidad decir que lo que más daño le hizo Rita fueron los de su partido, etc., y todo ello con un desparpajo solo comparable con la forma en que se expresan los niños.

Me gusta criticar los hechos y respetar a las personas, pero en este caso he de decir que personas que actúan así, no merecen mi atención, porque es tan grave que a las personas tendría al menos que calificarles como indeseables por poner un adjetivo suave.

Cuando alguien no respeta la dignidad de otros y más en este caso el de un cadáver, merece mi repulsa más extrema, y espero mantener el propósito que acabo de hacer de ignorarlos.

Un país como España debería tener procedimientos para castigar conductas tan indignas, ya que no todo vale al amparo del derecho a la libertad de expresión que los jueces en su resoluciones judiciales deberían poner los limites que requiere la dignidad de las personas, y no lo hacen porque la jurisprudencia en España con este asunto lleva el límite de la libertad de expresión hasta el infinito, seguramente por las secuelas de las actuaciones del franquismo en esto.

No hay derecho a que no se respete ni a los muertos, en un asunto además que no estaba juzgado, ni siquiera los pueblos Barbaros tenían esas conductas tan indignas, desde aquí quiero hacer un llamamientos a cualquier persona con sentido común que sin violentar su voluntad, y tras la reflexión correspondiente haga algo para con estos Barbaros que carecen de la más elemental educación y de humanismo.

Todos tenemos responsabilidad en esto y la respuesta que debemos dar sebe ser tan contundente contra esto que no tienen respeto ni siquiera con aquellas personas que nos han dejado.

Es una obligación ineludible de la ciudadanía si queremos aportar algo para erradicar estas conductas que no se corresponde con el ser y el hacer de los españoles, lo contrario sería no responder a esta corrupción perniciosa, que es la peor de las corrupciones.

(*) Pedro José Rodríguez Iglesias es escritor.