¿Se trata de ángeles de la guarda, de misioneros abnegados o simplemente de buenas personas que saben cómo ayudar? Pues bien, aunque sin duda existe un poco de todo ello en aquellos que se dedican a intervenir en las distintas fases de un conflicto, lo cierto es que la profesión de mediador deja mucho menos al instinto, a la voluntad y a la improvisación de lo que a priori se puede pensar.
Los programas de formación en cultura de paz y mediación cultural están cada vez más en boga, y esto no es por casualidad. Cada vez existe una convicción mayor de que el entendimiento social pasa por la creación de espacios y relaciones propicias al mismo, y para ello son necesarias herramientas específicas que ahora numerosos estudiantes adquieren a través de grados o postgrados especializados en las mismas. Y como además este tipo de formación suele interesar sobremanera a perfiles muy variados que comparten la característica de encontrarse ya insertados en un sector profesional que requiere o premia dichas habilidades, las formaciones cortas y en modalidad online tienen mucho éxito. El postgrado en cultura de la paz que ofrece el Institut de Formació Contínua-IL3 de la Universitat de Barcelona es sin duda uno de ellos.
Lo que atrae más a muchos de los alumnos de este postgrado es precisamente su carácter práctico, centrado en brindar las herramientas necesarias para la construcción de la convivencia social desde un enfoque integrador que comprende realidades y disciplinas distintas. Su visión transversal e interdisciplinaria se combina además de manera coherente y enriquecedora con un abanico multicultural de exalumnos, que cuentan más de veinte nacionalidades.
Los contenidos que propone el postgrado giran entorno a la construcción de una convivencia social basada en una cultura de paz inspirada en la Carta de la Paz dirigida a la ONU. Para ello, el equipo que se ocupa de los contenidos académicos ha desarrollado tres ejes principales de enseñanza y reflexión, a saber: la paz, la gestión de la memoria en situaciones de postconflicto y el refuerzo de la democracia participativa.
Su conformación disciplinaria y el tipo de herramientas que brinda hacen que esta formación sea idónea para distintos tipos de estudiantes y profesionales que se relacionan con situaciones de conflicto social desde distintas vertientes o se sienten en la necesidad de mejorar su aproximación en los contactos interculturales. Diseñado según las directrices del Espacio Europeo de Educación Superior, este curso equivalente a 30 créditos ECTS se propone sin duda como un óptimo complemento para aquellas personas que parten de la voluntad de contribuir al entendimiento y sienten la responsabilidad de hacerlo de manera adecuada. Y, sobre todo, para aquellos que creen que un mundo mejor no solo hay que desearlo, sino saber construirlo.
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