13SEP20 – MADRID.- Dios no duerme, solo dormita o simula que lo hace, no duerme porque aparte de ser espiritual siempre, día y noche, nos tiene que estar vigilando para que no os despeñemos ni hagamos tropelías de esas que no tienen remedio. Es algo así como el ángel de la guarda del ángel de la guarda, no se fía mucho de él, tal es el amor que nos profesa, por eso cuando el papa Ratzinger entró en Auschwitz y exclamó, “¿Señor dónde estabas?, tuvo que molestarle mucho, pues Él estaba allí día y noche contemplando dolido y consternado cada ejecución, cada martirio, como el de San Maximiliano Kolbe.
La historia está llena de pasajes inolvidables por lo bueno y por lo malo dignos del mejor cine. Ahora con esta pandemia muy a lo Twenty Century Fox también nos está mirando. Su origen es el diablo o Satanás bajo forma humana, por eso es tan difícil de sofocar.
Es una experiencia repetida y terrible, es como si descubres donde estaba. Donde estarías tú si él no hubiese hecho la cantidad de milagros que ha hecho contigo todos los días. La cantidad que ha hecho con todos nosotros.
Sencillamente sin ese apoyo, sin ese amor, hace miles de años no hubiese aparecido la raza humana. Tampoco se hubiese conservado ni crecido.
No obstante seguimos teniendo el derecho y el deber de llamarle a lo largo de la noche y preguntarle. ¿Señor, dónde estás, dímelo, acuérdate de mí que perecemos!!.
Si (
No(
