10AGO19.- Cierto día llego a mi consulta una joven madre con su hija de tan solo unos días de vida. Por alguna razón me había escogido como su pediatra. De aquella primera conversación, se desprendió que teníamos lugares y conocidos en común, por el sector en que vivíamos.
Y así comenzó una gran relación médico - paciente, que se extendería a su madre, a su bebé y a su amado (importado desde Europa...).
Siendo custodio del desarrollo de esa pequeña y testigo de sus esmeros como madre, desde hace más de un año; hoy sentí una alegría inmensa.
Esa joven madre, quién tuvo que dejar a su hija y viajar a Colombia por dos meses, y que prometió traerme un llavero para mi colección; no solo trae un llavero... trae también una Medalla de Oro, ganada con convicción y decisión en los Juegos Panamericanos de Lima.
Gracias a nombre de Chile: María José Moya Sepúlveda.