Después de seis meses, la aerolínea alemana Lufthansa ha dado por concluida sus pruebas de utilización de biodiésel. El último vuelo fue el de un Boeing 747-400 que dejó Francfort con dirección a Washington.
La empresa asegura que con la utilización del biocombustible logró un ahorro total de 1500 toneladas de CO2. En su fase de prueba, Lufthansa operó 1187 vuelos domésticos entre Hamburgo y Fráncfort usando una mezcla en proporciones iguales de biocombustible y queroseno regular.