I D E A S
Miércoles 22 de octubre de 2014
El pianista amaba sus manos porque eran su medio de expresión.
Por eso, cuando, de tanto usarla, su mano derecha empezó a dolerle, acudió al médico.
Se hicieron pruebas y el pianista pudo por vez primera conocer el interior de su mano; su verdad íntima; su profunda arquitectura.
Su porvenir.