La Empresa del sector turístico sevillano Parque Isla Mágica, S.A., que genera, entre empleo directo e indirecto, 600 puestos de trabajo vuelve a dar una vuelta de tuerca a las más que precarias condiciones de trabajo de la mayor parte de su plantilla.
Tras los trámites preceptivos de constitución de la Comisión Negociadora, esta misma semana (día 29 de noviembre) comenzaron formalmente las negociaciones del VIII Convenio Colectivo de la empresa. El Comité de Empresa, liderado por UGT, critica agriamente la posición de la empresa, que lejos de abogar por mantener las actuales condiciones laborales, asumir su responsabilidad y dar una salida decente de una vez por todas al proyecto empresarial, pretende seguir sometiendo a la plantilla yendo más allá y pretendiendo precarizar aún más las condiciones del colectivo más vulnerable, el personal fijo discontinuo, conformado por 300 personas.
Las condiciones laborales de la plantilla son muy dispares lo que dificulta la gestión ante la negociación del propio Comité de Empresa, que de manera constante viene evitando la confrontación de los distintos colectivos. Asimismo es evidente que la situación no se puede seguir sosteniendo de la manera en que se viene haciendo hasta ahora. El Comité de Empresa afirma que no está dispuesta a permitir que, otra vez, se sigan cargando las tintas sobre “los más pobres”.
Existe un colectivo de entorno a 100 personas entre personal técnico, administrativo y la propia dirección, que sí cuenta con unas condiciones más estables de alta durante todo el año y salario fijo mensual. Sin embargo las condiciones laborales de las 300 personas restantes son vergonzosamente precarias.
Un colectivo que sólo trabaja mientras el parque permanece abierto y cuyas condiciones de horarios y salariales son literalmente “lamentables”. Se les paga y cotizan si trabajan, es decir, tienen contrato fijo discontinuo (con varios meses al mes en el paro), a tiempo parcial (no cotizan a tiempo completo) y por horas, es decir hora trabajada, hora cobrada, a algo más de 5 euros. La situación se agrava durante el periodo navideño en el que una parte importante de este personal compatibiliza los días sueltos de apertura con la percepción del subsidio o prestación por desempleo. La empresa funciona con altas y bajas diarias. Pero si llueve o existe poca afluencia la empresa previa llamada telefónica anula el cuadrante del día y el trabajador o trabajadora en cuestión ni cotiza, ni trabaja, ni cobra por el INEM ni por la empresa.
UGT recuerda además que hace un año exactamente se acordó un descuelgue salarial que ya supuso un alivio económico a la empresa, y critica a su vez, que precisamente la empresa después de beneficiarse del acuerdo durante el tiempo acordado, un año, llegado el momento de “levantar el descuelgue” y actualizar salarios plantee encima de la mesa prorrogar el acuerdo, integrándolo en el aspecto salarial del futuro convenio colectivo insistiendo además en el recorte de complementos salariales de los que se benefician la plantilla anteriormente referida, la de condiciones más inestables.
Mientras tanto las Instituciones, la Banca y la propia Dirección miran hacia otro lado.
Por un lado el nuevo consistorio, particularmente el alcalde D. Juan Ignacio Zoido, ni recibe ni responde a las distintas solicitudes de reunión que se han planteado desde UGT. Según el Comité de empresa, UGT Sevilla solicitó hace más de dos meses formalmente reunión y aún no sabemos nada. Por otro lado, el propio Comité de Empresa, se ha dirigido directamente al Alcalde, utilizando como referencia el perfil que éste tiene en la red social Facebook, sin mayor éxito”.
Banca Cívica (anteriormente Cajasol), accionista mayoritaria de la empresa, tampoco tiene interés en el proyecto empresarial ya que ha manifestado que su prioridad es vender las acciones a la mayor brevedad posible, cosa que se dificulta por la situación de crisis actual y porque esa deseada venta deberá necesariamente estar ligada a cambio de modelo de proyecto, con la consiguiente modificación y aprobación del actual Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).
Sólo se exigen responsabilidades a los trabajadores y trabajadoras en el desempeño de sus funciones, pero entendemos que alguien tendrá que asumir la responsabilidad con respecto a la gestión y a los cientos de proyectos puestos sobre la mesa una y otra vez y olvidados con la misma rapidez e irresponsabilidad.