Escribir te perpetúa... ¡Inténtalo!

El corazón y la distancia

Reflexiones

Por Catalina Del Campo - desde Santiago de Chile

Miércoles 22 de octubre de 2014

La tardía lejanía de viejas impresiones me mantiene fría como un hielo. Necesitaba esta frialdad para sentirme segura de ocultar cualquier fósil de memoria que pudiera transportarte. Tú me enseñaste a sentir frío bajo inmensos soles primaverales, a congelarme entremedio de un abrazo e incluso, a petrificarme con besos lentos y arrolladores. Esta naturaleza nevosa y de piel asustada, me hace desdibujarte cada vez más, y mis recuerdos enfrascados en una bodega irreconocible quién sabe a dónde, se asoman cada vez menos en mis avenidas y aceras. Todo este frío, hoy me recompone, todo este frío es ideal para mí y mis estaciones.

Y entonces, finalmente me doy cuenta que la distancia no es algo de espacio, es algo de alma, de adentro. A veces duele... a veces no. Puedo hacer origamis de memoria sentada a plena luz del sol, o a oscuras en mi habitación hueca. La distancia que mata se siente, incluso cuando estás al lado, respirando el mismo aire... los kilómetros sólo separan, no distancian. Es probable que todo este tiempo, sólo haya habido distancia, y de tanto estampar miradas y abrazos necios, no nos dimos cuenta que habíamos estado tan lejos.