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Un recuerdo familiar...

REFLEXIÓN

Miércoles 22 de octubre de 2014

Es difícil intentar un recuerdo familiar… cuando son tantos.

Difícil cuando se viene de una familia con un padre de 92 años, un abuelo que vivió 104 (cuenta la historia), y una abuela que vivió 96 (según otros historiadores, ja ja).

Creo tener un relato que me identifica con la familia:

 

Cuando mis abuelos cumplieron 50 años de casados (yo tenía 8 años). Recuerdo nítidamente dicha celebración.

Ellos vivían en el balneario de Zapallar, motivo por el cual se organizó un “día campestre”, en uno de los cerros del sector. Mi abuelito tenía 81 años, y la abuelita algo más de 70… felices en medio de los asados y la algarabía familiar.

Vino una tía de Bolivia, con un primo y una prima a quienes  yo ni siquiera recordaba. Había gente de Santiago, Catapilco, Puchuncaví, Quintero, etc.

Recuerdo perfectamente que un tío, el día anterior le había tomado las dimensiones a la parrilla de su vehículo, y en la panadería de Quintero, mandó a hacer una coliza según dicho tamaño, (ese fue el pan que comimos durante todo el paseo).

En la medida que iban llegando los familiares (éramos 53 primos), los niños nos comenzábamos a desperdigar por los cerros y bosques de pinos y de eucalíptus, como canicas de vivos colores rodando por un desnivel.

Ese fue un día para no olvidar. Más de 100 personas celebrando “las bodas de oro” de mis abuelitos, en el cerro, entre los árboles y junto a un riachuelo.

Ya pocas (por no decir ninguna) actividades en el mundo actual, pueden superar a lo que yo sentí ese día…