Este 13 de Octubre, una fecha más del calendario. Pero no es así para Chile. Se cumple un año de una hazaña heroica para nuestro país: Es el recate de los 33 mineros que quedaron atrapados a 700 metros de profundidad en la Mina de San José, de Copiapó, en agosto de 2010. Durante 17 días no se supo si estaban con vida.
Se utilizó toda la tecnología, imaginación y pericias para llegar a ellos y saber que estaban con vida. Un mensaje surgió desde las entrañas de la tierra: “Estamos bien en el refugio los 33”.
Diosa de la Paz
En la Plaza Colipí de Copiapó se inaugura el día 13 de Octubre una escultura llamada "Diosa de la Paz" en homenaje a los 33. Mide doce metros es de acero y fue donada por la fundación china "Monumentos por la paz".
Es similar a otra emplazada en Normandía, en recuerdo de los caídos en la II Guerra Mundial. "El pueblo chino se sintió muy conmovido por el rescate de los mineros", dijo Chen Lan Hua, representante de la fundación, al explicar las razones del obsequio.
Igualmente en Copiapó se construyó un Museo que guarda muchos de los elementos usados durante el rescate, además de una de las cápsulas Fénix. Por otra parte, en Santa Cruz, Colchagua se construyó un museo que guarda muchos otros objetos utilizados en el rescate y se recreó el túnel de la Mina San José.
Cápsula ”Fénix 2” y el rescate
Asi, estos hombres que bajaron a su turno – como lo hacían a diario -a extraer cobre y oro, se vieron envueltos en un derrumbe que los dejó atrapados en las entrañas de la mina.
Florencio Avalos fue el primer minero rescatado por la cápsula “Fénix 2”, luego de 70 días de encierro en la mina. Luego de casi veintidós horas, fue la salida del jefe de turno, Luis Urzúa, quien entregó el mando al Presidente Piñera.
Emergiendo desde el fondo de la mina, uno a uno, sin ningún incidente técnico, marchando todo como un reloj suizo, venía la segunda parte y quizá la más difícil de enfrentar: el acoso mediático de cientos de reporteros, camarógrafos, parientes, y mucha gente que quería ayudar.
Quizá esta fue una “ayuda” que precisamente no contribuye en nada a aliviar el difícil trance que les esperaba al tratar de volver a una vida normal, o a la que llevaban antes.
Lograr llegar a su vida anterior entre tanto acoso, viajes, regalos, disertaciones no ha sido fácil para ellos. Muchos tienen trastornos del sueño, tienen pesadillas recurrentes y ninguno ha querido trabajar más en una mina.
Acontecimiento mundial y Campamento Esperanza
La historia de los “33” se convirtió en un acontecimiento mundial. Llegaban más de 100 canales y medios de todo el mundo a reportear esta noticia. Había una ciudad entera sobre la mina donde se encontraban los mineros: El Campamento Esperanza, con 33 banderas chilenas. Médicos, ingenieros, rescatistas, campamentos de las mujeres de los mineros, colegios para los niños, periodistas, policías, agentes de seguridad. De todo. La entretención tampoco faltó. Llegó Roberto Bravo, célebre pianista chileno, con piano y todo a dar conciertos, payasos para entretener a los niños, sicólogos, todo tipo de profesionales destinados a contener a la gente de arriba, se sumaba a los profesionales preocupados de perforar el suelo para llegar a la mina.
Alimentación: una cucharada de sardina y agua sucia
Adentro: ambiente de un calor insoportable, un par de latas de sardina, y agua sucia para enfriar los motores, se convertía en la “alimentación” de los 33. Entre ellos, hubo una actitud de compañerismo, amistad, apoyo y contención a toda prueba. Se votaba cada acción a adoptar. Así se llegó a racionar equitativamente la “comida” consistente en una cucharada de pescado cada 36 horas. Bajaron 10 kilos de peso, cundía el desánimo, pero siempre hubo alguien que se hacía cargo de revertir la situación.
Había esperanza. Algunos trotaban, otros, rezaban, conversaban, y así transcurría lentamente el tiempo. Improvisaron camas de cartón para ganarle a la humedad, hicieron naipes de papel, cargaron sus linternas con las baterías de dos camionetas y siguieron esperando…
Expertos en perforaciones, máquinas con tecnología de punta, planes A, B y C
La compañías mineras de todo el Norte se pusieron a estudiar en la mejor, más eficiente y rápida acción para el rescate., Vino el Ingeniero Sougarret, además de otros 150 expertos en perforaciones mineras, con sus máquinas de tecnología de punta: la Strata 950, que se desplazó lentamente por el desierto y a la que hubo que construir un radier de concreto para anclarla al suelo. Se trajo además la máquina T-130. Se coordinó el Plan A, B y C. Finalmente, tras 17 días, se pudo perforar hasta el lugar donde estaban los mineros.
Rescate tras 70 días bajo tierra
El Ministro de Salud, Jaime Mañalich dio instrucciones a su asistente, el minero Johnny Barrios, para que inyectara sueros, vacunas contra el tétano, neumococo e influenza. Debía medir las cinturas de sus compañeros, pues éstos tenían que caber en una cápsula que se desplazaría hacia el interior de la mina. Estas (3) se construían afanosamente en los astilleros de ASMAR- Astilleros Marítimos.
Por las famosas “palomas” de 6 cm de diámetro, un tubo se deslizaban alimentos - se había solicitado especialmente a la NASA, la dieta de los astronautas- ropa de algodón, comida, lecturas, cartas, cigarros, biblias, filmadoras y todo tipo de implementos imaginables para hacer más grata la vida y proteger a los mineros de la humedad, frío y calor.
Se hacía lo imposible para mantener su ánimo muy alto, pues ellos no podías saber que el rescate podría tardar hasta tres meses.
Operación de rescate no clínica siquiátrica
Aunque el Ministro de Salud, Jaime Mañalich se preocupó de la dieta y bienestar de cada minero a diario, llegó además el Dr. Jean Romagnoli, quien atiende a deportistas de alto rendimiento y es experto en rescate de heridos. Romagnoli se acercó a los mineros se ganó su confianza y les dio un trato distinto. Declaró:”Esta es una operación de rescate, no una clínica siquiátrica“. Con ello quiso señalar que él no estaba de acuerdo que se mandaran todas las medicinas de día, sino que en ese momento se les mandara muchos cigarrillos que ellos pedían, “pues hay que mantenerlos entretenidos durante el día, darles en el gusto y los remedios se pueden bajar en la noche. Romagnoli también estuvo pendiente del peso, de cada uno y diseñó una banda elástica para que hicieran ejercicios que desarrollaran los bíceps y la fuerza de las piernas, por si la cápsula quedaba atrapada y ellos se tuvieran que sostener por largo rato. Les mandó videos con ejercicios y se consiguió un cinturón biométrico en Estados Unidos para medir los latidos del corazón Debían correr cantando, pues a los 140 latidos del corazón se acaba la voz y es la señal para saber si llegaban a esa cifra.
Mientras Laurence Golborne, Ministro de Minería en ese tiempo, se preocupaba de cada detalle tanto de los mineros como de sus familiares. El Papa en Roma rezaba, se extendieron millonarias cadenas de oración, el Presidente Piñera estaba al tanto da cada detalle del rescate.
Llega el día del rescate: Todo científicamente calculado
Se escogió que la subida de los mineros fuera en horas de la noche para que el impacto de ver luz y sol no fuera tan grande y dañara la vista. Se adquirieron anteojos especiales, que deberían usarse por bastantes días para acostumbrar de a poco los ojos a la luz natural. Empezó la operación rescate y bajó la cápsula Fénix trayendo al primer minero. Arriba los abrazos, gritos y cantos eran de una emoción incontenible. El mundo tuvo puesto sus ojos en todo momento. Fue la noticia más vista de todo el orbe y en todos los tiempos.
Luis Urzúa, el jefe de turno subió de último. Los abrazos, las piedras que trajo Mario Sepúlveda al Presidente Piñera. Éste, el más histriónico de los 33 corría, saltaba y la alegría era total. Luego los 33 fueron conducidos a un recinto asistencial para chequear su estado físico.
Acoso mundial de la prensa y gente
Esta odisea con un final tan feliz, fue lo mejor que se puede vivir y soñar. Pero ahora venía la otra parte: la vida en la superficie. Nada de fácil. El acoso de la prensa mundial que quería saber todo tipo de detalles. De descanso para estos agotados mineros, nada. No podían dormir. El acoso fue imparable.
Transcurrido un tiempo empezaron a tratar de vivir una vida “normal”. Esta transcurrió entre regalos de miles de dólares, invitaciones a todo el mundo, conferencias, no dejaron parte importante del mundo de visitar.
Desde charlas motivacionales a depresión
Algunos pudieron soportar mejor tantas presiones. Se dedicaron a dar charlas motivacionales por todo el mundo, especialmente Mario Sepúlveda, el más mediático de los “33”. A otros, este seguimiento los dejó absolutamente agotados. Cayeron en depresiones, en drogas, como Edison Peña, quien se recupera de sus adicciones forzadas para soportar tanta entrevista, acoso mediático y además Peña estuvo en la Maratón de Nueva York como figura central, en el show de David Letterman, en la Mansión de Elvis Presley, entrenando en un equipo de la NBA y corrió otra maratón en Tokio. Y así se sumaron para estos 33 mineros invitaciones a Disney World, a ver el partido de Manchester United, a todos los lugares imaginables.
No es fácil, salir de una mina donde se estuvo encerrado 70 días con una inmensa incertidumbre, donde la muerte asecha tras la esquina, comiendo una cucharada de pescado a visitar mansiones, comer delicatesen, volar en primera clase, recibir miles de dólares, donados por el empresario minero Leonardo Farkas, además de una moto, último modelo.
Rescate es parte de la historia de Chile
No, es nada de fácil, por el contrario, es una ardua tarea la de acostumbrarse a un mundo tan ajeno, cuando la única intensión de cada trabajador era bajar a la mina, cumplir con su turno subir y continuar con su modesta vida.
Pero lo maravilloso de todo esto, es que todo el país haya solidarizado de una u otra manera con estos 33 valientes. Haya sufrido con ellos, llorado, rezado, para finalmente verlos aparecer uno a uno sobre la superficie.
Como chilenos nos alegramos inmensamente. Lo celebramos, nunca lo olvidaremos. Es parte importante de nuestra historia. Historia con un desenlace feliz: hoy los 33 están a salvo. Además, el gobierno ha tomado estrictas medidas de seguridad en todas las faenas mineras. A los catorce mineros de más edad se les otorgó a partir de agosto una pensión equivalente a 540 dólares mensuales, lo que les permitirá jubilarse
Película hollywoodense
Mientras la vida de estos 33 valientes mineros vuelve a una relativa normalidad el productor de Hollywood Mike Medavoy, trabaja para llevar a la pantalla grande esta magna epopeya, que se llamará “Los 33 de Atacama.” La cinta estará basada en un libro escrito por el periodista norteamericano Héctor Tobar, Premio Pulitzer y quien se ha basado mucho en los apuntes que llevaba Víctor Segovia en su bitácora.
Igualmente el Estudio Jurídico Carey y Compañía, el más prestigioso de Chile, se encarga de los asuntos legales de los “33”.