Bienestar Salud y Belleza

Sol: cuidando sus daños

Miércoles 22 de octubre de 2014

Aunque de acuerdo al calendario ya estaría por terminar el verano europeo, aún tenemos entre 32 y 36º de temperatura en Madrid.



Considerando estas ponderables y el cambio climático global, es que aún estamos a tiempo de prevenir del daño que causa el sol.

Durante todo el año, pero especialmente en los meses de verano, todos estamos expuesto a los rayos solares y a la radiación ultravioleta (rayos UV). Los especialistas recomiendan el cuidado diario de la piel para no sufrir luego de graves trastornos que pueden terminar con el temido cáncer a la piel.

Los daños en la infancia y adolescencia

Está demostrado que la mayor parte  de la exposición a la radiación ultravioleta sobre nuestros cuerpos y rostro lo recibimos durante estas etapas de la vida. Todos queremos vernos bronceados, luminosos y sanos. Pero, hoy día en que estamos tan informados de los daños que produce el sol debemos cuidarnos de éste y enseñar además, a nuestros hijos a tomar las medidas preventivas a tempranas edades, para disminuir los riesgos que se producen en la edad madura.

Cáncer de piel a futuro

Basta de una quemadura solar severa- de esas que dejan ampollas- para aumentar significativamente el riesgo de padecer cáncer de piel a futuro. De estos cánceres el más peligroso es el melanoma maligno. Dado que el daño por la radiación UV es acumulativo, éste se va juntando con los años y sus efectos se ven sólo a largo plazo.

Cáncer e inmunidad a la piel

Si bien el sol puede tener efectos beneficiosos en nuestro organismo en lo referente a la síntesis de la vitamina D, la exposición excesiva a la radiación ultravioleta también deprime la inmunidad de la piel y puede desarrollar algunas enfermedades como herpes simplex, rosácea, lupus y otras. Además y lo más visible e importante, es que acelera la aparición de arrugas, y manchas de la piel, que se llama fotoenvejecimiento.

Insolación

Cuando existe insolación todo el cuerpo muestra signos y síntomas de haber estado expuesto en exceso al sol. Aparte de la piel quemada, hay un malestar general, escalofríos, fiebre, ojos hinchados y enrojecidos, dolor de cabeza,  náuseas y vómitos. En caso de agudizarse los síntomas la persona debe de acudir a un centro asistencial. Si se queda en casa, se recomienda la rehidratación y permanecer en un cuarto oscuro y en reposo.