Es una vergüenza, que en momentos en que todos los actores involucrados en preservar, proteger y recuperar la salud de los chilenos y en especial de los niños, luchamos contra las enfermedades invernales, el virus respiratorio sincicial, la contaminación ambiental, etc. existan mentes inescrupulosas que aprovechan no sólo de doblar sino de triplicar sus ganancias.
Esto es lo que están realizando las cadenas de farmacias, que al parecer tienen su propia "campaña de invierno lucrativa". Estas comienzan a determinar el futuro de la industria farmacéutica nacional y finalmente a los laboratorios no les quedará otra opción que sólo vender... para subsistir... Y cada vez tendrán menos injerencia en el precio final de sus propios productos, (aunque ello conlleve poner en riesgo su imagen ética).
Un ejemplo.
Existe un medicamento que es de acción antitusiva, un supositorio de muy buenos resultados frente a la tos nocturna de algunos pequeños, llamado "ATUSIL", él cual en cualquier "farmacia de barrio" lo encontramos entre $8.000 y $9.000. Sin embargo en las cadenas se comercializa entre $19.000 y $22.000, (imagino previo "solidario" acuerdo). Creo que ante la posibilidad de pagarlo en cuotas los pacientes ignoran que en la primera de ellas se les está cobrando el valor real del medicamento, y en las posteriores... la inauguración de una nueva sucursal...
Meses atrás hubo un atisbo por desenmascarar "la colusión", pero al final todo siguió igual... como suele ocurrir cuando los involucrados son de peso... y de pesos... Y las portadas de los periódicos volvieron a ser ocupadas por las descompensaciones de Edmundo Varas, los romances de la Quenita Larraín y las diabluras del Mago Valdivia.
Es lo que hay.
Vaya esta nota como un llamado para que... TIREMOS LA CADENA...