Chile

Karadima, el señor de los infiernos

Portada del libro de María Olivia Mönckeberg.

Por Claudio Leiva Cortés – desde Santiago de Chile

Miércoles 22 de octubre de 2014

Karadima decidía quién era obispo o embajador ante la Santa Sede

Periodista María Olivia Mönckeberg revela nivel de contactos que alcanzó el ex párroco de la iglesia de El Bosque en la dictadura de Pinochet. Se reunía con el nuncio Angelo Sodano y “cortaba el queque”.



En los años de la dictadura militar, Fernando Salvador Miguel Karadima Fariña (80) decidía qué sacerdotes iban a ser obispos. Incluso, podía intervenir en el nombramiento del embajador chileno en el Vaticano.

Los detalles de este nivel de contactos que alcanzó el ex párroco de la Iglesia de El Bosque durante el régimen de Pinochet figuran en el libro “Karadima, el señor de los infiernos”, de la periodista María Olivia Mönckeberg.
Este miércoles, a las 19 horas, la directora del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile lanzará este texto de más de 500 páginas en la sala A1, del Centro Cultural Gabriela Mistral.
El libro de la ganadora del Premio Nacional de Periodismo 2009 revela antecedentes inéditos de la vida del religioso condenado por la Santa Sede en febrero pasado, tras ser hallado culpable de abusos sexuales a menores.

Por ejemplo, el médico James Hamilton, el principal denunciante contra Karadima, relata las reuniones del entonces párroco con el asesor de Pinochet para las relaciones con la Iglesia Católica, Sergio Rillón, y con el entonces nuncio apostólico Angelo Sodano.
“Karadima era ultrapinochetista. Era amigo de Sergio Rillón de Rodrigo Serrano (subsecretario de Justicia), que había sido de Fiducia. Rillón se juntaba con Karadima y con el nuncio Angelo Sodano e iban definiendo quiénes iban a ser los nuevos obispos de la iglesia chilena. Ese nivel de influencia tenía”, cuenta Hamilton a María Olivia Mönckeberg.

“De hecho, había una salita dentro de la parroquia, que la llamábamos la ‘salita del nuncio’. Hasta ahí llegaba Angelo Sodano a conversar con Karadima, quien le iba diciendo los ‘pecadillos’ de ciertos sacerdotes para que no fueran nombrados obispos. Lo principal que hacía él (Karadima) era vetar personas”, afirma Hamilton en el libro.
El texto añade que las reuniones se efectuaron durante todo el tiempo en que Sodano fue nuncio. “Por algo llamábamos así a la salita. Es la que está al lado de la capilla de adentro, en la casa parroquial. En ese mismo lugar Andrés Arteaga (obispo auxiliar de Santiago y renunciado vice canciller de la Universidad Católica de Chile) y todo el resto de los curas nos agarraban a nosotros para decirnos que estábamos con la ‘maña’ y con el demonio porque el padre alegaba que ya no rezábamos, que estábamos alejados”, recuerda Hamilton.

REFUGIÓ A UN ASESINO DE SCHNEIDER

El médico también confirma que Karadima ocultó a Juan Luis Bulnes Balmaceda, uno de los condenados por el asesinato del comandante en jefe del Ejército, general René Schneider, cometido en octubre de 1970 por un comando de Patria y Libertad para tratar de impedir la asunción del Presidente electo Salvador Allende.
Juan Luis Bulnes es hermano del abogado Juan Pablo Bulnes, actual defensor de Karadima y consejero suyo por años. “Lo metió en la iglesia, lo escondió en el torreón”, asegura Hamilton sobre este activista de derecha que fue condenado a 10 años de cárcel y después indultado por Pinochet.
“No es ningún rumor. Schneider fue asesinado por un grupo vinculado a Patria y Libertad en el cual participó Juan Luis Bulnes (…) Juan Luis se arrancó y se ocultó en la iglesia El Bosque y lo protegió Karadima. Y después el cura se encargó de sacarlo al extranjero y lo ocultó en Paraguay. Tanto es así que Karadima lo iba a ver a Paraguay (…) Me lo contó él (Karadima) personalmente”, afirma Hamilton.