American Airlines e Iberia se han negado a participar en el proyecto de rescate de Mexicana de Aviación debido a que la ley vigente limita a 25% la cuota de capital de empresas extranjeras en compañías de este tipo, informó Lizette Clavel Sánchez, secretaria general de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA), y precisó que actualmente ningún grupo interesado cumple los requisitos de los encargados del concurso mercantil de la aerolínea, detenida desde agosto de 2010.
El pasado 14 de abril American Airlines confirmó que participaría junto a la firma nacional TG Group en el rescate de Mexicana de Aviación. Por su parte, TG Group entregó un millón de dólares como “compromiso de seriedad” ante el conciliador y la Secretaría de Comunicaciones para indicar su oferta de compra era seria e “inteligente”.
Sin embargo, en rueda de prensa, Clavel Sánchez explicó que las aerolíneas extranjeras han dicho que sólo invertirían en Mexicana si se les permite una mayoría accionaria.
Según Excelsior, la dirigente sindical dijo que actualmente ninguno de los grupos de inversionistas interesados en Mexicana de Aviación cumple al ciento por ciento con los requisitos que exige el conciliador del proceso de Concurso Mercantil.
Hasta el momento, dijo, las empresas interesadas en rescatar a Mexicana, que dejó de operar el 28 de agosto de 2010, no han mostrado liquidez financiera, sino cartas de crédito que muestran que pueden conseguir un financiamiento, lo que no satisface al conciliador, pues hay el temor de que no inyecten capital a la empresa y la sigan endeudando.
“Estoy verdaderamente sorprendida con la facilidad con la que se emiten juicios y afirmaciones de parte de diversos grupos, porque la mayor parte de esta información lo que está haciendo es generar desconcierto y en ciertos momentos hasta desesperanza entre las bases de trabajadores sindicalizados y no sindicalizados”, afirmó.
“A mis compañeros no les es suficiente con cobrar una liquidación, se trata de tener fuente de empleo y por ello estarán luchando… Me parece que es un proceso de absoluta irresponsabilidad el generar una expectativa a la gente (sobre posible compra por parte de extranjeros) o incluso hablar a nombre de terceros acerca de posturas que no corresponden a la realidad”.