Los medios militares desplegados por España en la operación 'Protector Unificado' en Libia podrían desempeñar una posible misión humanitaria realizando tareas de escolta y protección de otros aviones y buques que lleven material de ayuda a la población civil, según fuentes militares. La ministra de Defensa, Carme Chacón, anunció ayer que pedirá autorización al Gobierno para que amplíe a 'nuevos cometidos' la misión que desarrollan las tropas españolas, actualmente destinada a garantizar la zona de exclusión aérea y el embargo naval de armas.
En concreto, si la ONU lo solicita de manera 'directa', España se implicará en la misión que la UE está 'ya planificando' y colaborará para 'trasladar, si es necesario, ayuda humanitarias'. No obstante, Chacón precisó que esto no supondrá 'medios nuevos', ya que considera que los que participan en 'Protector Unificado' son 'suficientes' para mantener la zona de exclusión aérea, imponer el embargo naval y asumir 'nuevos cometidos'.
España contribuye actualmente a la operación de la OTAN con cuatro aviones de combate F-18 y un avión de reabastecimiento en vuelo B-707 y un avión de vigilancia marítima C-235, la fragata F-104 'Méndez Núñez' y el submarino S-74 'Tramontana', en el embargo naval.
Dadas las características de estos medios, no se contempla que puedan implicarse en la futura posible misión humanitaria de manera directa en el transporte y entrega de ayuda, ni en el traslado de evacuados. Su configuración es idónea para las labores de escolta y protección de aviones y barcos de otros países que participan en la misión y que se dediquen a los cometidos mencionados.
ALTO EL FUEGO
El alto el fuego en Libia continúa siendo la prioridad de la comunidad internacional para poner fin al derramamiento de sangre y comenzar una transición dirigida por el pueblo, como revelaron ayer los dirigentes de las Naciones Unidas,, Unión Europea, Liga Árabe, Unión Africana y la Organización para la Conferencia Islámica. 'Reiteramos nuestra llamada para un alto el fuego inmediato y verificable', dijo el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, que presidió una reunión que se celebró a lo largo de toda la jornada de ayer en El Cairo, en la que participaron los responsables de estas cinco instituciones.
Desde el comienzo del levantamiento popular libio, el 17 de febrero pasado, que acabó derivando en un conflicto armado, alrededor de 10.000 personas murieron y numerosas permanecen atrapadas entre los combates, especialmente en la ciudad de Misrata.
Ban destacó también 'la gran preocupación por la escalada de la violencia, el gran número de víctimas civiles y la violación de los derechos humanos'.
Tras el alto el fuego, los cinco mandatarios establecieron como siguientes prioridades la ayuda humanitaria y el comienzo de 'un proceso político para que el pueblo libio pueda elegir su propio futuro'.